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El dueño de The English Cut recibe ofertas por la marca que más odia El Corte Inglés

Entrada a un centro de El Corte Inglés.

"En ningún momento pretendía hacer alusión a El Corte Inglés", asegura Francisco Javier Núñez Pérez, el empresario malagueño que en 2010 registró la marca The English Cut. "El corte inglés es un tipo de corte a medida, conocido en sastrería", subraya.

El Tribunal General de la Unión Europea volverá mañana a pronunciarse sobre el conflicto entre The English Cut y El Corte Inglés. Hasta ahora los tribunales han dado la razón a Núñez Pérez, pero El Corte Inglés se ha tomado el asunto con pertinaz seriedad y ha recurrido y recurrido.

En febrero de 2010 The English Cut presentó solicitud de registro de marca comunitaria en la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI), actualmente EUIPO (Oficina de la Propiedad Intelectual de la Unión Europea). El Corte Inglés presentó oposición contra el registro, que fue desestimada por la División de Oposición. En agosto de 2011 El Corte Inglés interpuso recurso contra la resolución, que nuevamente fue desestimada.

"He vendido camisas y corbatas con la marca, pero no tantas como me hubiera gustado"

El líder de la distribución en España no estaba dispuesto a que otra empresa del sector textil, por pequeña que fuera, empleara una marca similar a la suya, aunque fuera en otro idioma. En noviembre de 2012 acudió Tribunal General de la UE, reclamando que se anulase la resolución de la Sala de Recurso. Sin embargo, el tribunal europeo desestimó el recurso en su totalidad argumentado que las marcas invocadas por El Corte Inglés y la de The English Cut "no tenían una identidad conceptual absoluta, sino que meramente presentaban una ligera similitud conceptual, que requiere previamente una traducción correcta". Y señaló que, a pesar de que las marcas tienen el mismo significado literal, "los consumidores sólo repararían en que las marcas tienen un significado idéntico, después de haber traducido los términos The English Cut". El Tribunal General expuso que los consumidores "no asociarían conceptualmente las marcas de modo inmediato" y que "no había riesgo de confusión entre ellas".

Núñez Pérez explica que el modelo de su negocio se basaba en una tienda en internet en la que vendía camisas y corbatas a medida. "El negocio ha funcionado a medias, he fabricado y vendido camisas y corbatas con la marca, pero no tanto como me hubiera gustado", dice.

El 29 de diciembre de 2014, el Corte Inglés interpuso un recurso de casación contra la sentencia del Tribunal General reclamando su anulación. El 10 de diciembre de 2015, el Tribunal de Justicia de la UE anuló la sentencia, y devolvió el asunto al Tribunal General para que volviese a pronunciarse sobre él. El Tribunal de Justicia, el Tribunal General, y el Tribunal de la Función Pública forman la institución jurisdiccional de la Unión Europea. El Tribunal General fue creado en 1988 a petición del Tribunal de Justicia para aligerar su carga de trabajo.

En su sentencia del pasado mes de diciembre, el Tribunal de Justicia señaló que el Tribunal General se equivocó al declarar que, dado que las marcas de ambas empresas no presentan un grado de similitud suficiente a efectos de la existencia de riesgo de confusión entre ellas, tampoco era posible que los consumidores establecieran un vínculo entre las mismas. Y consideró que el Tribunal General "debería haber examinado si, a pesar de existir una ligera similitud, esa similitud era suficiente para que los consumidores estableciesen un vínculo entre ellas". Además, el Tribunal de Justicia indicó que la protección concedida a las marcas de renombre "no exige que la asociación que los consumidores puedan establecer entre los signos enfrentados sea inmediata".

El Tribunal General se pronuncia mañana por segunda vez sobre el asunto. "The English Cut sigue activa", cuenta Núñez Pérez, "pero está en standby", dice usando un extranjerismo acorde con la cuestión. "Aunque hasta ahora los tribunales me han dado la razón, he preferido ser cauto hasta que no haya una sentencia definitiva", declara. La judicialización del uso de la marca The English Cut "me ha supuesto sobre todo tiempo, invertí miles de euros en tecnología y no lo he podido rentabilizar". Si llegara la sentencia definitiva, Núñez Pérez se plantearía reactivar el negocio. Aunque revela que ha tenido "ofertas por la marca; lo pensaré".

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