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El Plan Soraya deja la yeguada militar en Defensa para que provea de caballos a la Guardia Real

El Rey pasa revista a la Guardia Real.

El plan para la reforma de las Administraciones Públicas, también conocido como Plan Soraya, toca todo tipo de palos: grandes proyectos para el adelgazamiento y eficiencia de la Administración se entremezclan con medidas extrañas que rozan casi con el absurdo.

Uno de los organismos autónomos que el Plan Soraya hará desaparecer para ahorrar es el de Cría Caballar de las Fuerzas Armadas, actualmente adscrito al Ministerio de Defensa. Este organismo se dedica a la cría de caballos, al mantenimiento y perfeccionamiento de la pura raza española y de otras razas y a surtir de ganado equipo al Ejército y a las Fuerzas de Seguridad.

Desaparecerá en su actual estructura pero seguirá dependiendo directamente de Defensa, pese a que se han levantado algunas voces dentro del Ministerio de Agricultura, pidiendo que fuera pasado a este Departamento, del que cuelga toda la actividad agrícola y ganadera.

Porque antiguamente, la también llamada Yeguada Militar se utilizaba para proveer de caballos a los ejércitos para eventuales enfrentamientos. Ahora, los caballos sólo se utilizan para los desfiles militares y para usos puntuales de la policía montada, entre otras funciones.

La Yeguada cumple, según Defensa, funciones tan importantes como la provisión de caballos para la Guardia Real

Defensa cree que esta actividad no debe pasar a Agricultura porque el Departamento que dirige Pedro Morenés quiere seguir controlando el mantenimiento y provisión de caballos a la Guardia Real y a las fuerzas de seguridad. Es decir, que no es una actividad ganadera, sino una actividad de Defensa.

El Plan Soraya no detalla cuál será el ahorro de esta curiosa desaparición de un organismo que seguirá en la misma situación que hasta ahora.

La Yeguada Militar saltó a la polémica el pasado año cuando el alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, y un grupo de jornaleros en paro tomaron la finca de las Turquillas, de 1.120 hectáreas en la comarca de Osuna (Sevilla).

Los jornaleros exigieron a Defensa que cedieran estos terrenos, casi abandonados pues sólo sirven para el pastoreo de algunos caballos de la yeguada, para dar trabajo a los parados del campo.

Hubo detenciones e imputaciones de jornaleros por invadir terrenos del Ejército.

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