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Santander se guarda potenciales plusvalías de 411 millones con el rescate del Popular

La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, en una imagen de archivo.

Banco Santander tiene un as bajo la manga con Banco Popular. La entidad presidida por Ana Botín ha desvelado este viernes las cuentas de su nueva filial del primer semestre (el del rescate), en el que Popular perdió 12.218 millones de euros.

La letra pequeña de estas cuentas es clave, sobre todo para los inversores que perdieron su dinero con la resolución del Popular, que están reclamando tanto en España como en Europa. Las principales variables que explican estos números rojos ya se conocían, salvo uno: el saneamiento en la cartera de deuda pública.

Así, Popular ha decidido cargar unas pérdidas de 411 millones en sus bonos soberanos. Fuentes financieras consultadas por este medio explican que estas provisiones se deben a una puesta en valor razonable de la deuda pública del Popular, normal en este tipo de procesos.

Los bonos en cuestión estaban clasificados a vencimiento hasta ahora. Los bancos eligen deuda que no van a tocar hasta su final y el regulador les permite contabilizarlos al 100%, sin necesidad de asumir minusvalías o plusvalías en función de lo que haga el mercado. Sin embargo, añaden las mismas fuentes, al comprar Popular, Santander tiene que poner a valor de mercado todos los activos y pasivos (en un ejercicio asesorado por BDO, como adelantó este medio). Por eso tuvo que retasar los bonos, con minusvalías por los últimos movimientos de la prima de riesgo española. Este ejercicio se hace en todas las adquisiciones de negocios, para ver si se compra por encima del precio razonable (goodwill) o con descuento (badwill).

Distintos escenarios

A partir de ahora caben distintas opciones. Si Santander vende los bonos en un mejor momento de mercado o aguanta hasta vencimiento, tendrá plusvalías de hasta 411 millones. En caso contrario, ya tiene cubiertas gran parte de las pérdidas, contra el patrimonio previo del Popular. La entidad tenía 10.500 millones en deuda pública a finales de 2016, de la que 6.427 millones eran bonos españoles y el resto extranjeros.

Al margen de esta partida, el grueso de las pérdidas de 12.200 millones del Popular llega por el saneamiento inmobiliario exigido por Santander, para así poder vender todo el ladrillo a Blackstone. Las provisiones para esta partida ascienden a 7.779 millones de euros. Con ellas, el banco elevó las coberturas hasta el 67%, muy por encima de la media del sector.

Estas cuentas son clave para los demandantes, que argumentarán que había un agujero oculto o que la compra ha sido un chollo para Santander

Otros 872 millones se dotan para contingencias legales, que también nacen por la resolución del Popular; 982 millones por activos fiscales de los que ya no podrá beneficarse Santander, ya que se dan por irrecuperables tras el rescate; y 1.137 millones por activos intangibles que desaparecen, como el fondo de comercio del Pastor y y el software, que estaba contabilizado para su uso durante 8-10 años, y que ahora dejará de ser útil en un año.

Las cuentas que ha presentado este viernes Popular son clave ya que los demandantes intentarán justificar dos cosas: que demuestran que había un agujero previo en Popular que se ocultó a inversores, en el caso de pequeños ahorradores demandantes; o que no hacía falta el rescate, o al menos amortizar los bonos subordinados (2.000 millones), que pelearán fondos como Pimco.

Fuentes próximas al proceso señalan que las cuentas del semestre no reflejan ni una cosa ni la otra, sino que Popular tenía un valor negativo al entrar en una resolución impulsada por la fuga de depósitos.

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