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La ACP pide a los avalistas que preparen la fianza por si Sacyr opta por parar definitivamente la obra del Canal

El Canal de Panamá vive momentos de tensión

La amenaza de la ACP de ejecutar la fianza de 600 millones de dólares depositada en su momento por GUPC en el caso de que el consorcio paralice la ampliación del Canal de Panamá no es ningún farol. Al contrario, va muy en serio. De hecho, el administrador del Canal ya se ha puesto en contacto con los avalistas con el fin de que tengan dispuestos cuanto antes los trámites para proceder a la ejecución, pese a que la forma de hacerlo todavía no está decidida.

Precisamente, es la ejecución del aval uno de los aspectos más delicados para Sacyr, líder del consorcio, en cuanto a lo que afecta a su salud financiera. La cuantía del aval pasaría a ser deuda exigible de inmediato si se llega a ejecutar y el grupo constructor y de infraestructuras se las tendría que ver directamente con las entidades que participaron en ese aval.

Entre ellas se encuentra la Banca de Zurich con su potente brazo asegurador, encargado precisamente del seguro del contrato. La entidad suiza la que mantendrá en los próximos días una reunión con Jorge Quijano, administrador principal de la ACP para estudiar la mejor manera de proceder a la ejecución del aval, siempre y cuando el consorcio GUPC detenga los trabajos que realiza en el proyecto de ampliación del Canal, esto es, la construcción del tercer juego de esclusas.

De acuerdo con fuentes mencionadas por la prensa local, podría darse la circunstancia de que la aseguradora y la ACP decidieran que el consorcio adjudicatario fuera el encargado de finalizar las obras del Canal con el dinero del aval.

Posteriormente, debería ser GUPC el que acordara la mejor forma de saldar cuentas con Zurich.

Alternativas para terminar la obra

No obstante, también hay otras alternativas, entre las que figura que la ACP se haga con un nuevo contratista. Para este caso, ofertas no le van a faltar a la institución panameña, especialmente las llegadas desde EEUU.

Ya en la visita que a finales del pasado noviembre realizó al país centroamericano el vicepresidente norteamericano, Joe Biden, junto a una comitiva de empresarios, llovieron los ofrecimientos para encargarse de los trabajos en el caso de que la tensión con el contratista fueran en aumento e hicieran que la situación se volviera insostenible.

Sin embargo, conforme pasa el tiempo la opción que cobra más fuerza es que, si llega a ejecutarse el aval, fuera la propia ACP la que se encargara de finalizar la obra, dado el grado del avance de la misma y que la parte más complicada ya ha sido ejecutada.

El propio organismo se ha deshecho en elogios en numerosas ocasiones de cómo están siendo ejecutados los trabajos por parte de GUPC.

Bandera panameña, mentalidad norteamericana

En cualquier caso, si algo no se detiene en Panamá, esto es el Canal. Funciona día y noche, las 24 horas, con buen o mal tiempo. Lo mismo sucede con su administración, bajo bandera panameña desde el 1 de enero de 2000 pero aún con mentalidad estadounidense.

No es de extrañar teniendo en cuenta que buena parte de los altos funcionarios de la ACP proceden de la época en que el Canal estaba gestionado por EEUU. El primero de ellos, el propio Quijano, que lleva algo más de 18 meses como administrador principal pero la friolera de 36 años en el seno de la ACP, en diversas funciones.

De esta forma, ni siquiera el tinte político que ha tomado la disputa de la ACP con el principal contratista de la ampliación del Canal, con la intervención de los gobiernos de Panamá, España e Italia, ha detenido la hoja de ruta de la administración. 

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