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Fomento mete 818 millones a Renfe, un 70% más, para pagar los Cercanías que gestiona Cataluña

Un Cercanías llegando a Martorell, en mayo de 2011.

Fomento ha disparado la subvención anual concedida a Renfe Operadora para 2014. En concreto, ha elevado esta partida más del 70%, pasando de los 481 millones de euros de este año a los 818 millones del ejercicio que viene. ¿La razón? El Ministerio financia así los tres últimos ejercicios de las líneas deficitarias que opera la empresa regional Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC). La Generalitat tiene transferidos los servicios de Cercanías (los Rodalies) desde el 1 de enero de 2010 y los servicios de Media Distancia desde el 1 de enero de 2011.

Al incluir tres ejercicios en un único paquete, el ministerio que dirige Ana Pastor da a entender que en los últimos años no hubo acuerdo entre Gobierno y Generalitat sobre las transferencias a pagar por el Estado a FGC. En el Proyecto de Presupuestos de 2014 de Fomento, el punto relacionado con la subvención recoge sucintamente el desacuerdo: “La partida para compensación por los servicios ferroviarios de cercanías y media distancia asciende a 818 millones. Se incrementa un 70,4% respecto a la del año anterior al incluir la compensación por los servicios prestados a la Generalitat de Cataluña por Renfe-Operadora bajo la consideración de Obligación de Servicio Público entre los ejercicios 2011 a 2013”.

Sobre el papel, FGC opera las seis líneas de Rodalies, alguna de Media Distancia que no es de alta velocidad, dos trenes de cremallera y varios funiculares. La realidad es que todos esos trayectos se consideran Obligación de Servicio Público (OSP) y precisan de una subvención para poder funcionar porque sólo dan pérdidas. De ahí el desencuentro entre Renfe y FGC: las diferencias sobre las transferencias son exclusivamente económicas. La pela.

Fricciones en aumento

La divergencia sobre los Rodalies ya ha generado algún episodio de fricción, recogido por Vozpópuli. En noviembre del año pasado, la Intervención General de la Administración del Estado obligó a Renfe a comerse una partida de 135 millones de euros destinada a sufragar las OSP de la Generalitat correspondientes a 2011. Al no haber acuerdo, alguien tenía que apoquinar los costes de explotación, según la IGAE, por lo que Renfe vio empeorar de golpe su cuenta de resultados.     

También el año pasado, la pugna entre ambas administraciones ganó decibelios al multar el Govern a Renfe. Hasta 125 sanciones fueron impuestas al operador ferroviario por los retrasos, si bien el asunto se fue diluyendo. Finalmente, Artur Mas amagó en junio con ceder la gestión de los Rodalies a la francesa SNCF, amenaza que nunca se llevó a cabo. Poco después, la Generalitat firmaba un acuerdo con Renfe para los próximos años.

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