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El desplome del peso dinamita el acuerdo firmado por los gobiernos español y argentino sobre Repsol

Antonio Brufau, presidente de Repsol.

La depreciación del peso argentino y la crisis de confianza a nivel mundial que sufre el país austral le ha estallado a Repsol en el peor momento, justo cuando la petrolera española negocia con el Gobierno Kirchner los detalles de la emisión de deuda por valor de 5.000 millones de dólares para compensar la expropiación de YPF.

La crisis monetaria desatada a finales de la semana pasada en el país ha dinamitado los pocos avances que los equipos negociadores de Repsol y el Ejecutivo Kirchner habían conseguido desde que se firmara el preacuerdo el pasado 25 de noviembre. Los contactos habían encallado en los últimos días porque Argentina se negaba a dar garantías adicionales a la emisión de bonos soberanos para Repsol.

Obviamente, el Gobierno del país no sólo no está en estos momentos para aportar más garantías a una deuda soberana que ya cotiza con un descuento del 70%, sino que ha volcado todos sus esfuerzos en frenar la crisis de confianza internacional que ha disparado el riesgo país y la amenaza de impago a cotas insospechadas desde el corralito de 2001.

Según las fuentes financieras consultadas, la deuda soberana argentina sufre una penalización en los mercados internacionales de más de dos tercios de su valor, después de que el peso se haya depreciado casi un 15% desde el pasado jueves 23 y la deuda emitida en dólares por el país lo haya hecho en más de un 4%, según Bloomberg.

Si Repsol fuese tenedora de bonos soberanos por valor de 5.000 millones de dólares y los quisiera canjear hoy, sólo se llevaría 1.500 millones por los fuertes descuentos que sufre la deuda del país

Estas fuentes añaden que “si Repsol tuviera que canjear a día de hoy sus bonos por valor de 5.000 millones de dólares, el valor de éstos estaría en el entorno de los 1.500 millones, una vez aplicado ese descuento del 70%”. Pero ni hay acuerdo entre las partes ni hay bonos emitidos ni el horizonte actual hace presagiar que Repsol y el Ejecutivo argentino estén ahora en disposición de firmar el pacto definitivo en el que debería haber desembocado el acuerdo que, a nivel político, sellaron a finales de noviembre el ministro de Industria español, José Manuel Soria, y el ministro de Economía argentino, Axel Kicillof.

"El acuerdo firmado entonces es papel mojado y hay que revisarlo, sus líneas básicas no tienen sentido con la situación actual", señala a Vozpópuli Félix López, director de inversión de Atl Capital. En esa misma línea se manifiestan fuentes cercanas al accionariado de la petrolera, que dan por descontado que hoy, en la reunión del consejo de administración que comenzará a las 16.00 horas, se pondrá en cuarentena el proceso de negociación con Argentina a la espera de que la situación se clarifique.

La situación vuelve a estar igual o peor que hace dos meses, el acuerdo para que Repsol abandone Argentina parece inalcanzable y Pemex podría, de nuevo, pasar al ataque

Por su parte, fuentes cercanas a Repsol señalaron que "las dos partes siguen hablando y eso es bueno, pero la situación es muy complicada ahora mismo". Lo que hicieron en noviembre Soria y Kicillof fue forzar un acuerdo político de líneas muy generales para evitar que el conflicto diplomático entre España y Argentina fuera a mayores por el conflicto con Repsol, bajo las presiones del Ejecutivo mexicano de Enrique Peña Nieto, cuya petrolera estatal, Pemex, posee un 9,4% de la española y quiere tener las manos libres para poder compartir inversiones con YPF en Vaca Muerta.

El conflicto se había enconado tanto que fue el propio Peña Nieto el que pidió a Rajoy celeridad en su solución, a riesgo de que Pemex abandonara el capital de Repsol, que había amenazado con demandas internacionales a todo aquel, incluido su accionista histórico, que invirtiera en los pozos petrolíferos que le habían sido ilegalmente expropiados.

Pero ese acuerdo, que sólo fijaba como dato concreto la compensación de 5.000 millones de dólares, no se ha desarrollado. "Y ahora estamos en el peor escenario. No sirve de nada que Argentina dé garantías adicionales que ni puede dar ni sería creíble para los mercados. Sobre Repsol se ciernen dos grandes riesgos, el de riesgo propio de impago del país y el de la devaluación de los activos de compensación, los bonos soberanos", añade el experto de Atl Capital, que destaca que "al menos la acción de Repsol no sufrirá mucho, dado que la mayor parte del daño por YPF ya está absorbida y materializada en las cuentas del grupo".

Los seguros de impago o CDS se han disparado por encima de los 2.450 puntos básicos y las reservas del país han caído en picado hasta 30.000 millones de dólares

Ahora mismo, nadie confía en Argentina como país cumplidor y pagador de su deuda, señalan fuentes financieras. Los seguros de impago o CDS se han disparado por encima de los 2.450 puntos básicos, dado que las reservas del país han caído casi un tercio en el último año, hasta 30.000 millones de dólares, la cota mínima en ocho años.

Y en pocos meses acaba el verano y buena parte de esas reservas irán destinadas a la importación de gas y otros productos petrolíferos para afrontar el periodo invernal y la falta de combustibles en el país.

El saldo vivo de la deuda es de 149.000 millones de dólares y la inflación real, no la oficial, superior al 30%. Ante esta situación, Nemesio Fernández Cuesta, 'número dos' de Antonio Brufau y jefe del equipo de negociación (Kirchner prohibió expresamente que el presidente de la petrolera acudiera a los encuentros), presentará hoy ante el consejo de administración un pésimo panorama, casi sin avances en los detalles, pero abrumado por una cruda realidad que obligará a posponer para más adelante la posible firma de un acuerdo definitivo.

El consejo de administración constatará hoy que el acuerdo político de noviembre impulsado por Rajoy no ha servido para nada y que Argentina no se puede ahora comprometer a 'pagar' 5.000 millones

El accionista que más empujó para llegar a un acuerdo con Argentina, Pemex, y el eterno mediador, La Caixa (Isidro Fainé acompañó a Soria el día del acuerdo), constatarán hoy que todo sigue igual que hace más de dos meses. Pemex tendrá que esperar para invertir con YPF en Vaca Muerta, a no ser que Repsol decida unilateralmente retirar sus pleitos y amenazas en el proceso, algo a lo que también se comprometió la Casa Rosada.

Brufau, por su parte, que estuvo contra las cuerdas como presidente por su estrategia de confrontación con Argentina (cuando muchos le recomendaron que saliera del país lo antes posible con un mal acuerdo aún a sabiendas de que la razón le asistían a él y a su compañía frente a Kirchner), vuelve a tener enfrente a Pemex, que ya le ha pedido que busque un consejero delegado para compensar el poder presidencial.

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