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Argentina y Repsol sellan la paz definitiva tras aportar Kirchner garantías adicionales

Antonio Brufau, presidente de Repsol.

El Gobierno argentino ha pisado el acelerador en febrero para solventar definitivamente la guerra abierta con Repsol por la expropiación de YPF. En medio de la grave crisis monetaria que se desató a finales de enero, que recordaba peligrosamente a tiempos pretéritos, el Gobierno Kirchner se empeñó en sacar adelante el acuerdo con la petrolera española, en lo que puede ser interpretado en los mercados como un gesto de seriedad y confianza de cara a los inversores internacionales.

Según las fuentes consultadas, los equipos negociadores del Ministerio de Economía del todopoderoso Axel Kicillof y de Repsol, encabezado por el director de negocio Nemesio Fernández Cuesta, han cerrado ya los flecos definitivos de un acuerdo que prevé el pago de una indemnización de 5.000 millones de dólares a la petrolera por la expropiación del 51% de YPF.

Las garantías adicionales exigidas por Repsol podrían haberse conseguido en buena parte, destacan fuentes financieras. El Ejecutivo Kirchner podría haberse comprometido a pagar la indemnización a Repsol con varias emisiones de bonos soberanos del país, con diferentes vencimientos, y posiblemente con una doble emisión, una mayor en Buenos Aires, y una de menor cuantía en Nueva York. Aún no se habría decidido qué porcentaje de las emisiones se hará en cada plaza financiera.

La prensa oficialista señala que Kirchner se ha comprometido a dar garantías extra a Repsol para compensar la caída del valor de los bonos por 5.000 millones si la petrolera los hace líquidos en el corto plazo

El diario oficialista Página 12 fue más allá aún y no sólo dio por cerrado el acuerdo, citando fuentes del equipo negociador, sino que además la Secretaría de Finanzas argentina podría emitir más títulos para que la cifra nominal de todas estas emisiones sea superior a los 5.000 millones de dólares y permitan a Repsol percibir un "valor de mercado" acorde con lo comprometido. Si la petrolera vende a corto plazo sus bonos, el valor de mercado, sin garantías, no llegaría a los 3.000 millones de dólares.

De ahí que el valor de los bonos que recibirá la petrolera presidida por Antonio Brufau podría compensar en parte ese descuento de entre el 50% y el 70% que sufre la deuda soberana argentina en el momento de hacerse efectiva en los mercados internacionales. Entre la mejora de las emisiones de deuda y el pago de intereses a 10 años, el coste que el arreglo definitivo con Repsol tendrá un coste total del entorno de los 8.000 millones de dólares para las arcas del país, señalan fuentes financieras citadas por la prensa argentina.

Entre garantías y el pago de intereses por diez años, el coste del acuerdo con Repsol para las arcas argentinas se disparará hasta los 8.000 millones dólares

Otras fuentes apuntaron además que la Casa Rosada no descarta realizar una testimonial adquisición de deuda soberana española como garantía de pago de los bonos emitidos desde Buenos Aires. Por su parte, Repsol ha respondido con la suspensión de la demanda que interpuso ante el Tribunal de Arbitraje Internacional Ciadi, dependiente del Banco Mundial.

El caso es que si nada se tuerce hoy lunes, el consejo de administración de Repsol aprobará mañana el acuerdo definitivo que sella la paz con Argentina, después de que el Gobierno español, con el respaldo del mexicano (Pemex es accionista de referencia de la española), tuviera que intervenir de urgencia a finales de noviembre pasado para evitar un conflicto diplomático de imprevisibles consecuencias con el país austral. El ministro de Industria, José Manuel Soria, arrancó un acuerdo marco de 5.000 millones de dólares, cuyos detalles definitivos se han concretado esta pasada semana.

El consejo de la petrolera no sólo dará el visto bueno al fin de las hostilidades con Argentina, sino que aprobará también las cuentas correspondientes a 2013, que recogen una provisión de 1.279 millones de euros después de impuestos para actualizar el apunte contable que fija que los "activos no corrientes mantenidos para la venta sujetos a expropiación" está valorados en 5.264 millones de euros, frente a los 5.000 millones de dólares (unos 3.700 millones de euros) en deuda argentina que prevé recibir el grupo.

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