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Un país acelerado: AVE 'low cost', con el precio del tren convencional por las nubes

Un tren pasa por la estación de Cercanías de Villaverde Bajo (Madrid).

La red ferroviaria convencional española, o buena parte de sus 12.000 kilómetros de vía según fuentes de Adif, está condenada. La pasada primavera, Fomento dejó de subvencionar medio centenar de líneas deficitarias y en los últimos Presupuestos Generales toda la inversión del ferrocarril va destinada a extender las líneas de alta velocidad, que ya suman alrededor de 3.000 kilómetros. Una apuesta que no tiene parangón en Europa y que se ha visto agudizada por la nueva política tarifaria de Renfe, basada en acercar el AVE a todos los públicos y en encarecer cada vez más los viejos trenes nacionales.

La Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos elevó un 1,9% a finales de 2013 el coste del pasaje de Cercanías y de los trenes de Media Distancia, fundamentalmente regionales con excepción del Avant (de alta velocidad). Se trata de una subida que precede a otra del 3% a principios del año pasado y que no se corresponde con el IPC de diciembre pasado, situado en el 0,2%. De hecho, y como recoge este blog especializado, el incremento supera con creces el actual Índice de Precios al Consumo, como notarán los usuarios.

AVE popular, Cercanías elitista

Los viajeros que toman los Cercanías y regionales no se caracterizan por ser los de mayor nivel socioeconómico precisamente; no obstante, estos usuarios cada vez lo tienen más asequible para montar en AVE: la batería de agresivos descuentos en la alta velocidad anunciada a bombo y platillo por la ministra de Fomento Ana Pastor hace casi un año, con reducciones de entre el 30% y el 70% del valor del billete, ha provocado una avalancha de clientes. Hasta 25 millones viajaron el año pasado en el AVE, cuyo pasaje se ha reducido de media un 11%.

Una realidad que cuando menos asombra: un AVE popular frente a un tren convencional cada vez más elitista. La estrategia de los descuentos está siendo además muy criticada internamente: la política comercial de Renfe Operadora es un verdadero coladero de pérdidas, las cuales podrían alcanzar los 200 millones solo en 2013 según ha revelado el propio presidente de la compañía, Julio Gómez-Pomar. Aunque corre el rumor de que Cataluña estaría dispuesta a devolver parte de la deuda que tiene con Renfe, lo que permitiría salvar las cuentas del curso pasado.

Ejemplo francés

Francia ha emprendido una senda radicalmente opuesta a la del Ministerio de Fomento: la SNCF ha dicho basta a seguir expandiendo su TGV de alta velocidad (tercera red del mundo tras China y España), apostando por impulsar y mejorar los trenes convencionales, que corren el riesgo de caer en la obsolescencia.

Fomento parece inclinarse por esto último: apenas destinar recursos a trenes antiguos (mejorar la velocidad y el tendido de vía, etcétera) y poner toda la carne en el asador en la alta velocidad. No por nada, solo cinco estaciones, todas ellas con AVE, aglutinaron el 57% de los pasajeros en 2011, un porcentaje que hoy se vería engordado con Alicante, a la que llega el AVE desde junio del año pasado.

Según José Enrique Villarino, autor del blog FTF, “en España se tenían que haber hecho tres corredores con AVE (Sur, Levante y Barcelona), un buen repaso al tren convencional y un impulso, más adelante, a la velocidad alta”. Todos los AVE del Norte (Galicia, Cantábrico, Y vasca) no resisten ningún plan de viabilidad serio. Pero a ver quién es listo que se lo explica a las autoridades locales.   

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