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Cuaja la rebelión contra el recibo: bajadas de potencia y apagón en las segundas residencias

Un técnico de Endesa coloca los contadores inteligentes de un grupo de viviendas.

Los reiterados subidones en el recibo de la luz en los últimos dos años han generado su propio movimiento antisistema, su 15-M particular, canalizando así la indignación ciudadana ante el problema en que se ha convertido el pago de la factura de la luz para muchas economías familiares.

Hay ya más de cuatro millones de hogares españoles en situación de pobreza energética y la gente comienza a organizarse contra los abusos en el recibo de la luz y la política del Gobierno al respecto.

Una de las últimas rebeliones ciudadanas comienza a tomar cuerpo. Se trata de la iniciativa promovida por Facua, Greenpeace, Intermón y Fundación Renovables, entre un grupo de 20 asociaciones, para ahorrar en el recibo bajando la potencia contratada.

La plataforma #bajatelapotencia cuenta ya con 7.200 hogares que han pedido a su compañía eléctrica que les rebaje la potencia contratada. La iniciativa se puso en marcha en octubre pasado, después de que el Ministerio de Industria y Energía aprobara una subida de hasta el 70% en el término de potencia, la parte fija del recibo que pesa en torno a la mitad de todo lo que se paga cada dos meses por el consumo de electricidad.

La subida del 60% en el término fijo de potencia, la mitad del recibo, desincentiva el consumo eficiente y lamina el ahorro conseguido en la parte variable de la factura

Da igual lo que se ahorre en cada hogar, denuncian los promotores de la plataforma, porque todo lo que se obtenga por el uso más eficiente y moderado de electrodomésticos, calefacción y aire acondicionado, entre otros servicios, cae en saco roto ante el subidón de la parte fija del recibo.

Según sus cálculos, dos puntos de bajada en la potencia contratada puede llegar a suponer un ahorro de 150 euros al año. El coste medio que cobra una compañía por reducir la potencia ronda los 20 euros y el técnico tiene que ir a cambiar un interruptor de control de potencia, con lo que es una iniciativa que está calando poco a poco en los consumidores.

Dos puntos de bajada en la potencia contratada puede ahorrar hasta 150 euros al año, según los promotores de la iniciativa

Y si el ahorro es importante en la vivienda habitual, más aún lo es la segunda residencia. No hay datos oficiales, pero el goteo de peticiones de corte del servicio en viviendas no habitadas comienza a preocupar a Industria, que recientemente ha pedido datos detallados a las distribuidoras de los clientes que se han bajado la potencia y los que directamente han cortado el servicio, porque comienza a percibir una leve caída en la recaudación de ingresos, informó Cinco Días.

El ahorro es por partida doble y eso se nota en los ingresos: por un lado, se paga menos por la parte fija, pero además la tarifa es más baja cuanto más baja es la potencia.

Ha habido incluso críticas de asociaciones de consumidores sobre cómo muchas de las promociones inmobiliarias en los años del boom incorporaban ya altas potencias en las viviendas.

Según los cálculos de los expertos, en hogares con consumos moderados y razonables, es innecesario contar con potencias contratadas de 5,5 kW.

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