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Un informe compara los riesgos del Castor con la explosión de la plataforma de BP en México

Explosión de la plataforma de British Petroleum (BP) en el Golfo de México en 2010.

Andan calmadas estos días las aguas del Golfo de Valencia tras los más de 500 terremotos que tuvieron lugar durante el mes septiembre y los primeros días de octubre. Aunque Escal UGS, el grupo controlado por la ACS de Florentino Pérez, dejó de inyectar gas colchón en el Castor el 16 de septiembre, los terremotos no sólo aumentaron día a día en número sino también en intensidad hasta alcanzar varios de ellos los 4,2 grados de magnitud en la escala Richter.

Tres semanas después de que Escal dejara de inyectar gas, los terremotos comenzaron a remitir en la zona del sur de Tarragona y norte de Castellón. Ahora, los técnicos y expertos tratan no sólo de confirmar la relación directa entre la inyección de gas y los seísmos sino en qué condiciones ha quedado el almacén subterráneo y los riesgos sísmicos para la zona de cara al futuro.

Y ese futuro no pinta muy halagüeño para la estabilidad sísmica de la zona, según las conclusiones de un informe científico elaborado por los expertos Miguel de las Doblas Lavigne, del Instituto de Geociencias de Madrid, y Antonio Jesús Galindo Jiménez, técnico en Navegación Marítima.

Bajo el título “Riesgos potenciales derivados de la inyección de gas natural en la Plataforma Castor”, el informe compara los riesgos de inyectar gas en el Castor con las causas que provocaron en abril de 2010 la explosión de la Plataforma Deepwater Horizon de British Petroleum (BP) en el Golfo de México y la consiguiente catástrofe ecológica en la zona que obligó a intervenir al mismísimo Barack Obama. El Gobierno de EEUU impuso a la petrolera británica una multa histórica de 4.500 millones de dólares por la muerte de 11 trabajadores y el desastre ecológico.

Los expertos alertan de que fue una fuga de gas metano la que provocó la explosión del Golfo de México y que una fuga de este tipo en la plataforma del Castor podría tener las mismas consecuencias: "cualquier chispa podría hacerla explotar"

Y los expertos De las Doblas y Galindo establecen en su informe paralelismos entre ambas situaciones, porque fue una fuga de gas metano la que produjo la catástrofe frente a las costas de Texas. El documento alerta del "riesgo de fuga masiva de gas natural del almacén subterráneo como consecuencia de los terremotos que terminen por agrietar o fracturar su techo".

"La posible ruptura del techo del almacén de gas natural (básicamente se trata de metano) por algún terremoto adicional y su fuga masiva hacia la atmósfera, atravesando los 60 metros de mar, con los consiguientes daños para este ecosistema" haría llegar a la superficie restos de ese gas, de forma que "cualquier chispa (por las actividades que se realizan en la plataforma) podría hacerla explotar como ocurrió en la plataforma Deepwater Horizon en el Golfo de México", alerta el documento.

Así, los dos expertos son tajantes y piden "desalojar urgentemente la plataforma Castor de todo el personal que se encuentra allí y paralizar la actividad de la misma; delimitar una amplia zona de prohibición de toda circulación marítima y/o aérea de baja altitud alrededor de la plataforma; establecer un vigilancia constante en la zona: pérdidas de gas, súbitos burbujeos de gas en la superficie, fuertes olores a huevos podridos o aparición de gran cantidad de peces muertos; y alertar e informar a las poblaciones costeras (Vinaroz, Peñíscola, Benicarló y Cases d'Alcanar) sobre las posibles medidas a tomar ante una fuga masiva de gas natural en la zona".

El informe pide extremar la vigilancia en la zona: si se producen "súbitos burbujeos de gas en la superficie, fuertes olores a huevos podridos o peces muertos" signficaría que hay escape de gas metano en el Castor

También compara el informe una posible fuga de gas con los terremotos submarinos ocurridos en la isla del Hierro. "Si se llegara a romper el techo del almacén como consecuencia de un temblor, el escape del metano provocaría un gigantesco burbujeó de gas parecido al que ocurrió durante la erupción subterránea de la isla del Hierro, aunque aquí no se trataría de vulcanismo".

El trabajo concluye que los más de 500 seísmos provocados en esta zona "supuestamente apagada" han "reactivado" su actividad sísmica por "la inyección de gas en una zona de la corteza inestable" dando lugar a un caso de "sismicidad inducida". "Nuestra interpretación de esta sismicidad es muy sencilla: basta observar la distribución de los enjambres de terremotos en el Golfo de Valencia para comprender que tienen una clara alineación según la directriz tectónica paralela al río Ebro", añade.

Los expertos encuadran esta actividad sísmica inducida de la zona en "las tensiones entre las placas africana y eurasiática", que es la que "vieja escuela" utiliza para dar explicaciones a cualquier terremoto de los que se produzca en la Península (Jaén, Lorca, Navarra, etc)".

Las inyecciones de gas "ha reactivado" la sismicidad en una zona "supuestamente apagada" y "los enjambres de terremotos en el Golfo de Valencia tienen una clara alineación con la directriz tectónica paralela al río Ebro"

Pero en este caso, advierten, hay una explicación más clara, ya que la causa directa de los sismos es la inyección de gas. Cita el informe un reciente estudio de los investigadores Zoback & Gorelick (National Academy of Sciences de EEUU), que alerta "claramente de los peligros del almacenamiento subterráneo de CO2 a gran escala, desde el punto de vista de la sismicidad inducida". Dicen estos expertos estadounidenses que "numerosas líneas de evidencia indican la existencia de fallas preexistentes y con posibilidades de romperse en casi cualquier lugar de la corteza, a menudo como respuesta a incrementos muy pequeños de la presión. Es por esto que los lugares de almacenamiento deben ser cuidadosamente escogidos y los riesgos de posibles movimientos sísmicos deberías ser tenidos en cuenta".

Shell, que durante años explotó el yacimiento de Amposta en el que ahora se ubica el Castor, avisó de que se habían producido microseísmos en las labores de extracción y que no sería recomendable inyectar gas

En este particular, De las Doblas y Galindo recuerdan que la propia Shell, que explotó durante años los yacimientos petrolíferos de Amposta, donde ahora se ha ubicado el Castor, advirtió en su día que "se habían detectado microseísmos durante la extracción y que no era nada recomendable inyectar gas natural en esta zona por el riesgo sísmico existente".

Ni esta advertencia ni las del Observatorio del Ebro ni las del CSIC ni las de las Universidades Ramón Lull y Zaragoza ni las del Colegio de Geólogos fueron tenidas en cuenta a la hora de poner en marcha el Castor sin los pertinentes estudios de impacto sísmico, denuncian estos dos expertos.

Ecologistas en Acción ha presentado este informe completo ante las Fiscalías de Tarragona y Castellón para tratar de frenar la posible reapertura del almacén subterráneo de gas del grupo ACS.

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