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Los bancos de Pescanova amenazan con liquidar la compañía o incluso con hacerse con el control

La situación en Pescanova alcanza tintes de dramatismo y también de hastío. Después de todo lo acontecido, hay de nuevo un bloqueo societario. Los bancos no aceptan la oferta de Damm por la elevada quita sobre la deuda total (superior a los 3.500 millones de euros) y el grupo cervecero no está dispuesto a rebajarla. Así las cosas, si a final de mes no hay un arreglo, se procederá a la liquidación de la compañía. No falta quien prevé un cambio de control, con los bancos haciéndose con la gestión del grupo. Las ofertas de los fondos son más endebles.

Anteayer hubo una agotadora reunión entre los bancos (al pool bancario formado por Sabadell, Bankia, NovaGalicia, Santander, Popular, BBVA y Deutsche Bank se unió el italiano Unicredito), KPMG y Freshfields (asesores de las partes), con el consejo de la compañía.

No hubo acuerdo: los bancos exigen reducción de la quita, ya que consideran que “Carceller se va a quedar con la compañía gratis” y este último no cede. Carceller, accionista de referencia de Pescanova y presidente de Grupo Damm, afirma que con un ebitda real de 100 millones (Vozpópuli ya informó que el anterior equipo de gestión lo había inflado sobre manera) y una propuesta de colocarlo por encima de los 200 en poco tiempo, es preciso eliminar la losa financiera.

Llegados a este punto, casi nadie tiene nada que perder: tanto Damm como la banca tienen perfectamente provisionadas la inversión realizada y en ningún caso se trata de una posición estratégica que haya que recuperar desesperadamente.

Deloitte, el administrador concursal ha dado un deadline hasta final de mes y si no hay acuerdo, se procederá a la liquidación de la compañía.

Presuntas ofertas

Falta por ver si las presuntas ofertas de los fondos buitres (lideradas por KKR y Centerbridge) son capaces de poner sobre la mesa algo concreto. Los bancos confían en que lo harán y desde Damm creen que es más un farol que otra cosa.

El caso es que mientras tanto, la compañía está parada. No se está inyectando el capital necesario en las filiales internacionales ni se ha contratado al consejero delegado, algo previsto para antes de Navidad.

Un final en la liquidación sería lamentable después de los episodios acaecidos desde entonces (conviene recordar que la compañía presentó suspensión de pagos en febrero del pasado año).

La banca avisa que para afrontar el plan que pretende Damm, puede hacerse con el control de la compañía y darle un vuelco, empezando por el consejo de administración.

Desde Damm animan, casi con desafío, a que lo hagan. Una compañía industrial con gran parte del negocio en el exterior y dependiente de la concesión de licencias no es algo que cualquiera pueda gestionar.

La próxima semana se reanudarán las reuniones será entonces cuando deberán verse avances de manera desesperada. 

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