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El fondo Cartesian: "Nada ha cambiado en España a pesar del escándalo de Pescanova"

Planta de Pescanova.

"Creo en España, en la tenacidad del pueblo español, la creatividad de la cultura española, el dinamismo de los empresarios españoles", escribió pocos meses después de que estallara el caso Pescanova en una carta abierta Peter Yu, consejero delegado de Cartesian Capital Group, la firma de inversión con sede en Nueva York que perdió 25 millones de euros en el grupo pesquero. "La verdadera España, la España del gran pasado y un futuro prometedor, debe luchar también. Debe luchar por la transparencia, la rendición de cuentas, la honestidad. Debe luchar por el futuro de España. Un futuro en el que los ejecutivos sean responsables, los directores sean independientes, los auditores sean fiables y los reguladores estén atentos", añadía en su carta publicada en noviembre de 2013 el señor Yu, en la que también lanzaba su promesa de que iba a "luchar hasta el fin de los tiempos" para recuperar el dinero perdido en la "farsa" de Pescanova. Casi dos años después la fe del primer ejecutivo de Cartesian en la predisposición de las instituciones españolas por la transparencia y el control contable se desvanece.

"Nada ha cambiado en España desde el escándalo de Pescanova", afirmó este martes Paul Hong, director de Cartesian presente estos días en Madrid. "Siempre habrá fraudes, pero en Estados Unidos la regulación está cambiando constantemente para poder atajarlos", comentó. "En España sin embargo nada ha cambiado, no ha habido mayor regulación, nada", se quejó este martes Hong, que participó en el VI Congreso de la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) celebrado en Madrid.

Paul Hong: "Siempre habrá fraudes, pero en Estados Unidos la regulación está cambiando constantemente para poder atajarlos"

El caso Pescanova estalló en febrero de 2013 cuando la compañía comunicó que retrasaba la presentación de sus resultados anuales tras haber encontrado "discrepancias" contables. Después se supo que los 1.500 millones de euros que Pescanova afirmaba tener de deuda eran en realidad más de 3.000 millones. El grupo fue declarado en concurso de acreedores, suspendido de cotización, y sus principales ejecutivos apartados de la administración, entre ellos el expresidente Manuel Fernández Sousa, imputado por presuntos delitos de falseamiento de cuentas, estafa o uso de información privilegiada. 

Paul Hong criticó el martes el papel de la Comisión Nacional del Mercado de Valores en el escándalo de la multinacional gallega. El ejecutivo de Cartesian mostró su asombro de que, por ejemplo, cuando la consultora KPMG realizó un informe en el que detallaba las prácticas irregulares contables cometidas por la compañía, el documento no fuera hecho público. "Algo así no tendría cabida en Estados Unidos, ante un caso como este se hubieran tomado medidas legislativas, aquí nada ha cambiado, no hemos recibido suficiente información", dijo.

Pequeños accionistas desamparados

Grandes fondos de inversión como Cartesian, entidades financieras, han dado prácticamente por perdidos cientos de millones de euros por la estafa contable de Pescanova. Deutsche Bank, por ejemplo, ha registrado en las últimas cuentas de su filial en España como baja por condonación los 115 millones de euros prestados a la compañía española. Además miles de pequeños accionistas han visto cómo sus acciones en el grupo pasaron en unos días de valer más de 18 euros por título, antes de que estallara el escándalo, hasta los seis euros a los que la empresa fue suspendida de cotización. Las previsiones de que Pescanova vuelva a cotizar algún día son escasas, como lo son las perspectivas de estos pequeños accionistas de recuperar todo su dinero invertido en el grupo.

"Hay accionistas que han perdido todos sus ahorros, jubilados que tendrían que esperar años para recuperar parte de su dinero, nos sentimos desamparados", lamentó Carlos Sanz Navarro, representante de la Asociación de Minoritarios Afectados por Pescanova. Sanz Navarro explicó que la asociación representa a entre 150 y 200 accionistas y que suponen cerca del 2% del capital de la antigua Pescanova. "Ahora nos encontramos con que para poder participar en Nueva Pescanova tendríamos que dar dinero en una futura ampliación de capital, ¿pero qué dinero vamos a dar si ya lo perdimos antes?". Según sus cálculos si se mantienen los planes de los principales bancos acreedores de efectuar a final de año una ampliación de capital para refundar Pescanova, el valor de sus acciones quedaría reducido a 0,13 euros por título.

La creación de Nueva Pescanova, prevista para finales de año, pasa por la salida del concurso de acreedores de diez filiales de la compañía pesquera

Diez filiales en concurso

Pescanova superó la situación concursal en la que se encontraba en mayo de 2014 después de que los principales bancos acreedores sacaran adelante su propuesta de convenio y sus planes por crear una Nueva Pescanova, sociedad en la que las entidades financieras serán sus principales accionistas tras efectuar una próxima ampliación de capital.

La creación de Nueva Pescanova, prevista para finales de año, pasa por la salida del concurso de acreedores de diez filiales de la compañía pesquera. Esta semana, el jueves y el viernes, se celebra junta de acreedores de las diez empresas dependientes de Pescanova, en las que los acreedores deben aprobar los convenios propuestos y evitar así la liquidación.

De acuerdo a fuentes conocedoras de las negociaciones, sólo habría discrepancias en dos filiales, Bajamar y Frinova, especializadas en el procesamiento de langostino y congelados. En estas dos empresas los siete bancos que tienen el control de Pescanova cuentan con cerca del 35% de la deuda, mientras que en el resto suman más del 50% y pueden imponer sin dificultades sus propuestas de convenio. En todo caso, según consideran las fuentes consultadas, es previsible que los principales bancos acreedores logren adhesiones a sus propuestas de convenio entre otros acreedores de Bajamar y Frinova y superen el 50% de la deuda. "En el peor de los casos", estiman, "los bancos podrían incluso adquirir las unidades productivas de estas dos compañías y seguir con los planes previstos".

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