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Moncloa violará un pacto europeo si deja a líneas de Oriente Medio operar en la T4

Qatar Airways, una de las compañías interesadas en operar desde la T4

La posible llegada al aeropuerto de Barajas de determinadas aerolíneas de Oriente Medio enfrentaría al Ejecutivo español con sus socios europeos. La clave es la existencia de un pacto no escrito entre algunos gobiernos del Viejo Continente para no permitir la entrada en las terminales de sus aeropuertos de compañías aéreas del pujante Oriente Medio, con el objetivo de proteger de alguna manera a las aerolíneas de sus respectivos países.

La caída de actividad en el aeropuerto de Barajas debido a la crisis de Iberia preocupa de forma notable al Gobierno español, que se estaría planteando permitir que aerolíneas no europeas pudieran aterrizar en la terminal T4 para recoger pasajeros y llevarlos hasta otro destino. El ministro de Industria, José Manuel Soria, confirmó ayer que algunas aerolíneas de Oriente Medio han mostrado su interés por operar en Barajas.

La llegada de compañías como Qatar Airways, Emirates o Etihad supondría un duro golpe para las aerolíneas europeas que operan en Barajas, incapaces de competir con la eficiencia de unas compañías que cuentan con una ventaja por encima de todas: están controladas por gobiernos de países productores de petróleo y son capaces de operar a precios muy competitivos.

De ahí que los gobiernos europeos mantengan desde hace tiempo un pacto no escrito en el que se comprometen a hacer todo lo posible por que este tipo de compañías no operen en los aeropuertos del Viejo Continente, con el fin de otorgar una protección a las compañías de sus países que la normativa terminaría por no permitir.

Daños colaterales

De esta forma, si Barajas abriera la vía de la llegada de aerolíneas procedentes de Oriente Medio marcaría un peligroso precedente que terminaría por afectar a grupos como Air France-KLM, Lufthansa e incluso la propia British Airways. Algo que obligaría a Moncloa a dar muchas explicaciones a gobiernos como el alemán, el francés y el holandés, que no dudarán en salir en defensa de las compañías aéreas de sus países.

En el sector se considera que las intenciones de Soria, confirmadas por declaraciones de la ministra de Fomento, Ana Pastor, son un órdago lanzado a British Airways con el fin de que sea algo más flexible con el futuro de Iberia. Soria ha denunciado en numerosas ocasiones que la fusión entre la compañía española y la británica ha provocado que British comience a crecer de forma notable mientras que para Iberia ha significado todo lo contrario.

Porque la llegada de aerolíneas de Oriente Medio beneficiaría a la T4 y a la economía española pero penalizaría de forma notable a una Iberia que se empequeñece por momentos y cuya cúpula directiva trabaja en estos momentos en un plan para tratar de abrir una vía al futuro de la empresa.

De este modo, el Gobierno deberá valorar si le compensa solventar el problema de la desocupación de la T4 de esta forma con las contrapartidas del golpe de gracia que supondría para Iberia y la ruptura del acuerdo verbal con sus socios europeos. 

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