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López Madrid, la caída a los infiernos del yerno perfecto

Javier López Madrid

Hasta hace poco más de tres años, el nombre de Javier López Madrid no resultaba familiar para todo aquel ciudadano que no estuviera metido de hoz y coz en el mundo de los negocios. Pero es prácticamente imposible que alguien que ha compartido colegio con el mismísimo rey de España, Felipe VI, sea un cualquiera. Y menos con un carácter especialmente inquieto y terriblemente ambicioso, que le llevó tanto a convertirse en el yerno perfecto de Juan Miguel Villar Mir como a verse implicado en escándalos como el de las tarjetas black de Caja Madrid y la presunta financiación ilegal del PP, pasando hasta por uno de acusaciones de acoso sexual.

López Madrid no nació para ser uno cualquiera. Hijo del poderoso empresario Germán López, que introdujo en España la firma nórdica de automóviles Volvo a finales de los años 60, se formó en el prestigioso colegio Los Rosales de Madrid, junto al entonces príncipe Felipe. Posteriormente estudió Derecho y Económicas en la Universidad Pontificia Comillas y completó su formación de postgrado en Suiza, donde también se codeó con la flor y nata de élites europeas e incluso mundiales.

Sus primeros pasos empresariales fueron en el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs aunque pronto, con apenas 23 años, ya se incorporó a trabajar a Obrascón, el germen del que después sería Grupo OHL. Apenas cuatro años antes, Juan Miguel Villar Mir había adquirido la empresa en quiebra por el precio simbólico de una peseta. Y un año antes, López Madrid había contraído matrimonio con Silvia Villar-Mir de Fuentes, hija del ex político y empresario.

No tardó López Madrid en convencer a Villar Mir de que podía ser una pieza muy importante para los negocios de la compañía, especialmente por la destacada red de contactos que manejaba, especialmente en el ámbito internacional. Tras la adquisición de Huarte y Laín y el nacimiento de OHL, en 1999, López Madrid ya estaba plenamente integrado en la estructura de los negocios familiares, articuladas a través del Grupo Villar Mir, del que fue nombrado consejero delegado.

La aventura de México

Si la sombra de Juan Miguel Villar Mir no fuera tan alargada, el foco mediático empresarial se hubiera fijado mucho más en él, especialmente por su meteórico crecimiento. Con apenas 30 años cumplidos, ya se había convertido en un consejero clave para el dueño de OHL, más allá de lo que les unía por vínculo familiar.

Tanto es así, que López Madrid es uno de los principales responsables de la firme apuesta de la compañía por el mercado mexicano, que tantas satisfacciones y beneficios le ha dado y, posteriormente, también tantos disgustos, con las acusaciones posteriores de presuntas irregularidades, que llevaron a las autoridades mexicanas a pedir colaboración a la Fiscalía Anticorrupción española. Es una constante en la trayectoria de la carrera profesional y la vida del que, por entonces, encarnaba la figura de yerno perfecto: del cero al infinito y vuelta al cero después. Montaña rusa sin descansos.

En su periplo formativo suizo, López Madrid conoció y trabó amistad con jóvenes mexicanos, prometedores como él, y en el ámbito de una elite que no tardaría en ocupar altos cargos en la Administración del país. Los consejos de López Madrid surtieron efecto y OHL entró en el país azteca como una apisonadora, logrando contratos de concesiones reservadas hasta entonces para las principales empresas del país.

La carrera por suceder a Villar Mir

Con tal trayectoria, López Madrid comenzó a situarse en un lugar privilegiado en la carrera por la sucesión de Juan Miguel Villar Mir en el imperio empresarial de la familia, en lucha cerrada con Juan, el primogénito del veterano ejecutivo,  cuya avanzada edad invitaba a pensar en un retiro próximo. Pero antes de que comenzaran a estallar los escándalos en torno a López Madrid, las dudas comenzaron a rondar la cabeza del entonces presidente de OHL: dudaba de la capacidad de su hijo para hacerse cargo de la compañía pero era aún mayor la desconfianza que empezaba a generarle su yerno. Y pronto comenzó a hacerse público el porqué. O los porqués.

López Madrid apareció en la lista de los beneficiados por las tarjetas black de Caja Madrid, a cuyo consejo pertenecía en representación de la patronal madrileña CEIM, por su estrecha vinculación con Arturo Fernández. No tardó en conocerse también la denuncia de la doctora Elisa Pinto por un presunto acoso sexual, un turbio asunto que se complicó posteriormente con una agresión con arma blanca a la denunciante.

El particular descenso a los infiernos se completó con la vinculación del nombre de López Madrid al caso sobre la presunta financiación irregular del PP, a través de la trama Púnica. Tanto se estrechó el cerco, que López Madrid decidió poner tierra de por medio y marcharse a vivir a Londres, junto a su esposa. Allí está la sede de Ferroglobe, la compañía producto de la fusión entre Ferroatlántica (del Grupo Villar Mir) y la estadounidense Globe, que actualmente preside.

Precisamente, esta empresa salió recientemente respaldando a López Madrid cuando ésta fue condenado por el caso de las tarjetas black, aunque fue de los primeros que devolvió el importe gastado (unos 35.000 euros). López Madrid también sigue siendo consejero de OHL (al frente de la cual está finalmente Juan Villar-Mir de Fuentes), cuyos resortes de gobierno corporativo no han saltado a pesar de todas las circunstancias. La detención que se produjo este viernes supone, por ahora, el último episodio de una caída de la que no se conoce cuál es su fondo.

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