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La deriva catalanista amenaza con dinamitar el congreso de la Empresa Familiar

El presidente del Instituto de la Empresa Familiar, José Manuel Entrecanales.

Dentro de un mes, se celebrará en Barcelona el XV Congreso del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), que puede ser “uno de los más conflictivos que se recuerden”, en opinión de un directivo que, desde el anonimato, asegura que planea acudir. La elección de la capital catalana como sede del evento puede leerse como una metáfora de lo que puede ocurrir: la escalada soberanista de Cataluña, la comunidad que congrega más empresas familiares del centenar largo de entidades que pertenecen al IEF, planeará inexorablemente sobre el congreso. Y es que en el seno del IEF, organización fundada en 1992, buena parte de su Junta Directiva abraza ideas controvertidas, como el concierto fiscal.

La polémica está servida porque otra parte nada desdeñable de su organigrama rechaza tales propuestas, caso de José Manuel Lara, presidente del Grupo Planeta, el empresario que con más vehemencia se ha opuesto a la tournée soberanista. “Si Cataluña fuera independiente, el Grupo Planeta se tendría que ir”, manifestó Lara tras la Diada.

Pero, de estallar, el polvorín no solo se ceñirá al campo empresarial: entre los invitados que desfilarán por el Palacio de Congresos de Cataluña del 11 al 13 de noviembre, destacan el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba (oficiará el discurso inaugural), la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría (clausurará el congreso) o el presidente catalán Artur Mas. No es segura la presencia de Mariano Rajoy, quien inicialmente sí iba a acudir. Durante su etapa en la oposición, Rajoy fue un asiduo de las asambleas y congresos del IEF, cónclave en el que el presidente del Gobierno nunca ocultó sentirse muy a gusto.

De independentistas a nacionalistas moderados

De los nueve vocales, al menos tres mantienen vínculos con el catalanismo, si bien es cierto que el moderantismo de cada uno difiere ostensiblemente. Artur Carulla, de Corporación Agrolimen, es de los pocos empresarios abiertamente independentistas, aunque se mantiene en un segundo plano tras ser imputado el año pasado durante la instrucción del Caso Agrolimen. Al discreto Manuel Esteve, de Laboratorios Esteve, también se le atribuyen simpatías por el soberanismo, no así por el independentismo. Preguntado por su aviso tras la manifestación del 11 de septiembre, Esteve reclamó “seny” (cordura) y “respeto mutuo” de ambas partes. Finalmente, del presidente de honor del IEF, Leopoldo Rodés, vinculado a la Convergencia durante la era de Jordi Pujol, también es conocida su afinidad por el nacionalismo moderado. En agosto de 2005 firmó el manifiesto Volem un Nou Estat, que apoyaba la reforma estatutaria.     

De otros ejecutivos catalanes como Marc Puig (Grupo Puig), José María Serra (Catalana Occidente) o Andrés Tejero (director general del IEF), solo sus allegados conocen su punto de vista sobre el vendaval independentista. Otro vocal es Guillermo Gaspart, hijo del empresario hotelero y exvicepresidente del F. C. Barcelona Joan Gaspart padre, antimadridista confeso pero –que se sepa- no independentista. Gaspart, que mantuvo lazos con el PP hace tiempo, es vicepresidente de la patronal Foment del Treball, organización que sí se decanta por el pacto fiscal. Sea lo que fuere, el rasgo catalán del IEF, presidido por José Manuel Entrecanales (Acciona) es innegable. 

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