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Galán busca reconciliarse con Moncloa: "Me alegro a tope de que las cosas vayan bien"

Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola

Tradicional hombre de buenas relaciones con los gobiernos, unas declaraciones del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, realizadas en Londres la semana pasada durante la presentación de resultados habían caído como una bomba en el Ejecutivo. El ejecutivo salmantino llevó a unos 80 periodistas españoles a la capital británica, donde distribuyó el siguiente mensaje mediante comunicado de prensa: "Las inversiones irán destinadas principalmente a los proyectos energéticos y países que disfruten de una regulación predecible y estable", pero no a España, un país que quedaba englobado dentro del epígrafe "resto del mundo". Un ataque a la seguridad jurídica española y un torpedo en la línea de flotación de Mariano Rajoy procedente de uno de los mayores avalista de la 'Marca España'.

Dado el enfado general en Moncloa por este 'repaso' de Galán, el líder de Iberdrola se ha visto en la obligación de dar explicaciones, para lo cual ha recurrido a un hombre de confianza, Carlos Herrera y los micrófonos de Onda Cero: "Me duele cuando los analistas del sector eléctrico dicen cosas negativas del marco regulatorio español y lo están diciendo. Pero que Rajoy tiene una gran virtud de haber aguantado sin pedir el rescate lo he dicho y lo seguiré diciendo y me alegro a tope de que las cosas vayan bien".

"El problema energético es europeo y no hay que buscar soluciones endogámicas como estamos haciendo en España"

Galán ha recordado el peregrinaje que tuvo el año pasado por el mundo contactando con inversores para glosar las virtudes de la nueva España tras los ajustes. Se ha reivindicado a sí mismo como defensor del país pero ha recordado que el problema energético "es europeo y no hay que buscar soluciones endogámicas como estamos haciendo en España". Así, ha destacado que "en Europa se han cerrado 50.000 MW que equivalen a 50 centrales nucleares y eso puede poner en riesgo algunos países a largo plazo". De igual modo, se ha vuelto a mostrar favorable a "limpiar" la factura eléctrica de conceptos que no responden directamente al precio de la energía "tal y como se está haciendo en Reino Unido".

Iberdrola, empresa internacional

También sentó muy mal en el Ejecutivo -aparte de las críticas a los muchos impuestos que pagan familias y empresas- esa mención de que Iberdrola ya no era realmente una empresa española: "En los últimos años hemos tenido una expansión internacional espectacular, pasando de como éramos hace 10 años, que el 99% de nuestro negocio dependía de España, a niveles del 30% en la actualidad. En este momento somos más británicos, más americanos y más mexicanos o brasileños que españoles a nivel general. No solamente por negocios, sino también por presencia de accionistas”.

Galán se ha vuelto a justificar diciendo que se refería al negocio internacional, y ha vendido de forma un tanto forzada las ventajas para un país de tener conglomerados internacionales: "Uno de  los grandes cambios es que gracias a Dios tenemos la mayor parte de nuestro negocio fuera. Ningún americano piensa que General Electric no es americana, Toyota japonesa o Siemens alemana. Hacemos efecto tractor sobre otras emrpesas españolas más pequeñas. El año pasado compramos a empresas españolas por valor de 1.700 millones y muchos van al mercado internacional".

Por tanto, para Galán que Iberdrola tenga la mayor parte de su negocio fuera es bueno para España: "En un mundo global el tamaño y la organización son importantes. Un país precisa de grandes grupos porque somos los embajadores de nuestros países, y que estos grandes grupos si pueden se hagan más grandes".

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