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El marido de Cospedal: "¿Capio? No he pisado esa empresa en mi vida"

A lo largo de su carrera profesional, ha sido muchas cosas: gobernador civil de Toledo y de Sevilla durante la época de UCD; subdelegado del Gobierno en Andalucía; vicepresidente de la inmobiliaria Bami y consejero ejecutivo de Metrovacesa; adjunto en España al presidente de la inmobiliaria francesa Gecina; senior advisor de Société Générale y, este mismo año, efímero consejero de Red Eléctrica de España (REE)... Pero no hay relación alguna con el grupo sanitario Capio.

Por si quedan dudas: "No he pisado esa empresa en mi vida", dice Ignacio López del Hierro, economista, pluriempleado en múltiples consejos de administración (la filial de ingeniería de Iberdrola, Renta Corporación, Amper, la concesionaria Itínere) y, a la sazón, esposo de la secretaria general del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal.

El mes pasado, el grupo Capio se vio obligado a dirigir una comunicación interna a todos sus empleados para desmentir "los insistentes rumores que circulan en forma de panfleto, a través de internet y en las redes sociales, y que imputan a Capio extrañas connivencias con políticos o personalidades públicas". 

"Ni Rodrigo Rato, ni Esperanza Aguirre, ni María Dolores de Cospedal, ni Ignacio López del Hierro, ni ningún político tienen ni han tenido nunca relación alguna con el Grupo", señalaba la empresa.

El sevillano abunda en esa idea y confiesa que se enteró de su supuesta relación con la compañía en una reciente visita al Hospital Clínico de Madrid para visitar a su hermano, que estaba ingresado en ese complejo.

Con la sanidad pública incendiada por los recortes y las amenazas de privatizaciones, López del Hierro vio impresa su cara en una octavilla que le relacionaba con el grupo sueco: "Yo, que no sabía nada de Capio, ¡resulta que soy consejero delegado! No me hubiera importado, pero no les conozco de nada", ironiza, en conversación telefónica.

López del Hierro, que dice sentir "alergia" por los hospitales, confiesa su impotencia ante un bulo que se ha propagado "boca a boca" y que no va firmado por nadie, por lo que descarta adoptar acciones legales.

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