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IAG descorcha el champán: la Audiencia Nacional tumba el anexo 10 que blinda las condiciones de los pilotos de Iberia

Los mandatarios de IAG acaban de descorchar el champán en Londres. Lo de menos es que la Audiencia Nacional haya avalado los despidos de 258 pilotos en Iberia: lo importante para los ingleses es que acaban de ganar una importantísima batalla al sindicato Sepla. Esta sentencia da por muerto el Anexo X, la cláusula que blinda todas las condiciones laborales de los pilotos de Iberia a la hora de reorganizar la empresa. Entre otras cosas, ésta impedía los despidos y limitaba tanto el desarrollo de filiales como el número de horas que se podían hacer desde Barajas.

El Anexo X fue suscrito hace cinco años por el anterior presidente de Iberia, Fernando Conte, y fijaba todo tipo de corsés a los gestores de la compañía aérea, hasta el punto en que entonces puso freno al plan B de establecer una compañía paralela y con menos costes mientras se vaciaba Iberia.

Al impugnar los recientes despidos de afiliados ante la Audiencia Nacional, el Sepla argumentó entre otras muchas razones que dicho anexo no permitía el ajuste de plantilla. Sin embargo, la sentencia sostiene que los distintos laudos emitidos no recogen esta cláusula y, por lo tanto, la invalidan: “No coincidimos con los demandantes porque se ha demostrado cumplidamente, a nuestro juicio, que el Anexo X del VII Convenio de pilotos está derogado, puesto que no se mantuvo expresamente en el laudo arbitral de 24-05-2012, ni en su aclaración de 12-06-2012, ni en el laudo de 21-12-2012, lo cual descarta cualquier incumplimiento empresarial en esta materia”, afirman los magistrados.

La directiva gana 

Es decir, este blindaje queda neutralizado y los directivos de Iberia tienen a partir de ahora las manos libres para fomentar Iberia Express y Vueling, potenciar más el aeropuerto de Madrid en lugar del de Barcelona, suprimir vuelos y plantear nuevos ajustes de plantilla. Según fuentes cercanas a la compañía, esta sentencia posibilitará que la dirección negocie con los pilotos desde una posición de peso tras haber acumulado 613 millones de pérdidas durante 2012.

Aunque el Sepla ya prepara el recurso de esta sentencia al Supremo y pese a que los laudos están recurridos, en cualquier caso la aerolínea tiene la intención de dejar caer el convenio colectivo, gracias a la reforma laboral que anula la vigencia ‘ad eternum’ de estos acuerdos, esto es, el fin de la llamada ultraactividad.

La empresa ha puesto sobre la mesa una reestructuración que contempla el despido de 3.141 personas y un recorte del 7 por ciento del salario para el personal de tierra y del 14 por ciento para el personal de vuelo.

Pero la guerra no se acaba

La ministra de Fomento, Ana Pastor, ha buscado mediar entre las partes y ha pactado con los ejecutivos de Iberia que no haya despidos hasta septiembre, en un intento a la desesperada de ahorrarse un verano caliente con el turismo, esencial para la economía española. Sin embargo, los pilotos están dispuestos a plantear batalla, máxime tras el jarro de agua fría que ha supuesto la sentencia.

Y éste no es el único grupo que actualmente tiene problemas con la dirección de la aerolínea. La propia Audiencia Nacional sabe de un conflicto colectivo presentado por los sindicatos representantes de los trabajadores de tierra después de que no se alcanzara un acuerdo sobre la productividad, hecho que motivó un recorte adicional del 4% en los salarios de acuerdo con la mediación dictada por el catedrático Gregorio Tudela.

Los sindicatos acusan a Iberia de mala fe y de no tener la voluntad de negociar los citados objetivos para forzar la rebaja salarial. De este modo, la tranquilidad sólo está asegurada hasta el próximo 13 de septiembre, cuando finaliza el compromiso de paz social que asumieron los representantes de los trabajadores al firmar el acuerdo de mediación.

Precisamente, UGT emitió ayer un comunicado en el que recuerda que aún no existe un plan de futuro sobre la aerolínea y denuncia que todas las decisiones de la compañía española siguen viniendo impuestas desde Londres. El sindicato interpreta la reducción del organigrama anunciado por Iberia como la adaptación a una nueva realidad: una compañía más pequeña que, incluso, podría ser devorada por la propia Vueling, la última en llegar al holding IAG. Todo apunta a que la tensión seguirá protagonizando el devenir de Iberia en los próximos meses.

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