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Florentino se blinda en ACS: los vencimientos de deuda coinciden con el fin de su mandato

Las aguas bajan un tanto revueltas por ACS. La primera mitad del año ha sido especialmente tensa en el grupo constructor debido a los numerosos procesos de refinanciación que han tenido que acometer y a los efectos negativos de la salida parcial del capital de Iberdrola. Todo esto ha provocado un ruido de sables que el presidente de la compañía, Florentino Pérez, trata de evitar con una estrategia consistente en hacer coincidir los vencimientos de deuda con el fin de su mandato.

Los diferentes procesos de refinanciación llevados a cabo (tanto el correspondiente a la deuda corporativa como a la de su filial de medioambiente Urbaser y a la de Residencial Montecarmelo, la instrumental asociada a la inversión en Iberdrola) tienen en común la duración de los préstamos: tres años. Como recordó Pérez ante los analistas en la presentación de resultados del primer semestre, hasta la primera mitad de 2015 ACS no tiene que hacer frente a vencimientos de deuda significativos.

Pero cuando llegue esa fecha sí tendrá que hacerlo, con la particularidad de que el mandato de Florentino Pérez expira precisamente a finales de 2014, es decir, cuando la compañía se encuentre ya en pleno proceso de refinanciación. El también presidente del Real Madrid quiere jugar la baza de que su figura será fundamental para acometer este proceso y, por lo tanto, su relevo al frente de ACS no sería lo más recomendable.

Cabe tener en cuenta que los procesos de refinanciación no han sido nada fáciles debido a las turbulencias financieras y también a la delicada situación de la compañía. Algunas entidades financieras españolas han rechazado seguir apoyando a ACS y Pérez ha tenido que echar mano de sus contactos personales para lograr evitar males mayores. El caso más paradigmático ha sido el de Montecarmelo, cuando contó con el apoyo de Société Générale, cuya cabeza visible es Donato González, un asiduo al palco del estadio Santiago Bernabéu.

Ruido de sables

Con esta baza, Florentino pretende alejar el citado ruido de sables que circula por la planta noble de ACS. Los rumores apuntan a la posibilidad de que los socios del grupo, especialmente el mayoritario, Banca March, haya dado una suerte de ultimátum a Florentino Pérez, alarmados por la situación financiera de la compañía, los elevados costes que tendrá que afrontar por la operación de Iberdrola y la correspondiente respuesta de los mercados, que llevaron a las acciones de ACS a sus mínimos de los últimos ocho años.

De este modo, Florentino tendría de plazo hasta la próxima primavera para tratar de reconducir la situación de la compañía. Es decir, antes de la próxima junta general de accionistas. De lo contrario, es decir, si hubiera que recurrir a la del año 2014 podría ser demasiado tarde.

En cualquier caso, el presidente de ACS ha procurado rodearse bien de los suyos para defenderse de cualquier posible contingencia. Los próximos meses serán decisivos para atisbar algún tipo de movimiento en este sentido. Pero lo que sí es evidente es que las piezas de ajedrez han empezado a desplazarse por el tablero.

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