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Un ex de Goldman Sachs revela su cultura 'tóxica y destructiva'

Según Greg Smith, los intereses del cliente siguen dejados de lado para proteger mejor a los intereses de Goldman Sachs

Lo anuncia hoy en el New York Times: Greg Smith, director de Goldman Sachs y responsable de los negocios derivados en Europa, Medio Oriente y África, explica en el diario estadounidense por qué renuncia a su puesto. La principal razón se puede resumir en una frase: "Puedo decir con toda honestidad que el ambiente de trabajo es tan tóxico y destructivo como nunca se ha visto antes."

Ve en el hecho de que los intereses del cliente siguen dejados de lado para proteger mejor a los intereses de Goldman Sachs. El grupo de inversión más grande del mundo no puede seguir actuándo así, según Greg Smith, sin dañar gravemente a toda la economía mundial. La "firma" ha cambiado tanto desde su entrada que ahora Greg Smith sabe que no puede seguir trabajandon allí sin tener un serio problema de conciencia.

Integró la empresa cuando ésa tenía una cultura que explica un éxito sin cesar desde 143 años. El trabajo de equipo, la integridad, la humildad y, ante todo, la defensa de los intereses de los clientes eran los grandes mandamientos en Goldman Sachs. No sólo una cuestión de dinero, sino también de orgullo y creencia en lo que se hacía. Hoy, Greg Smith afirma no poder mirar en los ojos a los estudiantes que forma diciéndoles que Goldman Sachs representa todavía esos valores.

"¿Cuánto dinero nos hemos llevado con ese cliente?"

El inversor cree que la pérdida de esos valores tiene mucho que ver con la cultura empresarial del director ejecutivo del grupo, Lloyd C. Bankflein y el presidente Gary D. Cohn. Para él, amenaza directamente al futuro de la empresa. Desde varios años, es extremadamente impopular, en Goldman Sachs, hacer lo que se considera bueno para el cliente. Lo importante es ganar dinero, de cualquier modo. De hecho, Greg Smith cree que hay hoy tres maneras de ganar dinero en Goldman Sachs: siguiendo los "ejes" de la compañía, es decir convencer al cliente invertir en valores o productos para deshacerse de ellos, cuando se cree que no son bastante rentables; buscar a "elefantes"-clientes importantes- y venderles el máximo de productos; al final, vender cualquier producto con un acrónimo de tres letras, incluso sin liquidez o opacos.

Revelando los entresijos de Goldman Sachs, Greg Smith cuenta cómo nunca se habla del interés del cliente en las reuniones; a veces, se habla más bien de "muppets" en lugar de clientes. La principal pregunta que sus alumnos le hacen es, "¿Cuánto dinero nos hemos llevado con ese cliente?". Con ese modelo, Greg Smith no duda de que Goldman Sachs no pueda preservar la confianza de sus clientes mucho más tiempo.

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