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Francisco Gómez se prejubila en Banco Popular con casi 6 millones de euros de pensión

Francisco Gómez, hasta este viernes consejero delegado de Banco Popular.

El hasta este viernes consejero delegado de Banco Popular, Francisco Gómez, fulminado por el presidente Ángel Ron, no se irá a su casa precisamente con una mano delante y otra detrás. El banquero, de 52 años, se ha prejubilado y (al margen de su finiquito y blindajes) lo hará con una pensión de 5,7 millones de euros, tal y como reflejan los informes de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en los que se desglosan los "derechos pensionables" de los consejeros del banco. Solo el pasado año, Gómez acumuló unos derechos para su pensión de 51.000 euros, si bien un año antes había sumado a su particular hucha cerca de 1.040.000 euros.

A esta cantidad se sumaría lo ganado por Gómez durante el presente ejercicio. Su salario anual, entre sueldo y remuneración fija supera al año el millón de euros (solo por debajo del propio presidente) por lo que en los primeros siete meses del año habría superado los 500.000 euros de remuneración, sin tener en cuenta posible pluses y otras retribuciones.

Solo en 2014 Popular ingresó en la hucha de las pensiones de Gómez más de un millón de euros, que podrá disfrutar una vez jubilado

El pasado año Gómez y el resto de ejecutivos de la entidad se quedaron por su parte sin retribución variable, ya que a pesar de los beneficios obtenidos por el banco (350 millones) estos se destinaron en buena parte al establecimiento de una provisión por las cláusulas suelo, lo que mermó el beneficio neto y dejó sin efecto el derecho de la cúpula a percibir una remuneración extra por sus objetivos en Popular.

Gómez llegó al puesto de consejero delegado de Banco Popular en febrero de 2013, después de que el mismo permaneciera vacante desde 2009, cuando su antecesor Roberto Higuera lo abandonó. Licenciado en Económicas y con toda su carrera desarrollada en el propio Banco Popular, el ascenso de este directivo de la casa fue el as que se sacó Ron de la manga para vender una modernización y dinamización demandada por los accionistas de la entidad, sumida ya en problemas por su limitada rentabilidad.

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