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Fondos buitre sobrevuelan el sector fotovoltaico español en busca de gangas

Una planta fotovoltaica.

No sólo préstamos hipotecarios: también plantas fotovoltaicas. Los fondos buitre (fondos oportunistas que invierten en activos en apuros y esperan a que los precios se recuperen para lograr elevadas rentabilidades) llevan meses sondeando el mercado fotovoltaico español en busca de gangas, ante la delicada situación que atraviesan muchos promotores.

Una situación que va a ir a peor como consecuencia de la entrada en vigor de la nueva fiscalidad al sector. La tasa del 7% sobre la producción eléctrica elevará el número de plantas fotovoltaicas en suspensión de pagos por no poder hacer frente a sus créditos, según la patronal Unef, porque se sumará a la rebaja del límite de horas que implantó Miguel Sebastián, que implica un recorte de los ingresos del 30% y que, en principio, finaliza el próximo diciembre.

Diversas fuentes del sector aseguran que estos fondos actúan a través de intermediarios y que llevan meses sondeando el mercado, aunque las llamadas se han multiplicado tras el anuncio, en septiembre, de la nueva fiscalidad energética.

"Mucha gente está muy desesperada y es posible que ya se hayan cerrado operaciones", dice un empresario del sector que pide el anonimato y que prefiere no identificar a estos fondos "para no darles publicidad". El mismo promotor explica que estos fondos "se quedan incluso con menos que la deuda contraída" por el promotor y realizan "ofertas irreales" por plantas que, mayoritariamente, fueron puestas en marcha en 2008, el año de la burbuja del sector.

"Empezaron con plantas de pequeño tamaño y ahora empiezan a interesarse por las más grandes", explica.

Se da la circunstancia de que muchas plantas están avaladas con el patrimonio del propio promotor, por lo que si este accede a traspasar el activo al fondo, puede ocurrir que siga debiendo dinero al banco mientras que el inversor buitre paga el crédito con los rendimientos de la instalación. "La preguntas es: ¿si debes cinco millones y te ofrecen sólo tres, ¿cómo financias los otros dos millones?".

En el sector se cree que muchas de estas plantas, que van camino de convertirse en activos tóxicos, pueden acabar engrosando los activos del denominado banco malo.

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