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Alivio financiero para Florentino: reduce un tercio su deuda personal desde la crisis

Florentino Pérez.

Hacía mucho tiempo que las finanzas personales de Florentino Pérez, presidente y primer accionista de ACS, no se encontraban en una situación tan desahogada. Tras pasar por momentos delicados ligados especialmente con la crisis y la situación del grupo constructor y de concesiones, el también presidente del Real Madrid ha conseguido que Inversiones Vesan, la sociedad instrumental con la que mantiene su participación del 12,5% en la compañía (su principal activo) cierre el ejercicio con un endeudamiento con la banca levemente por debajo de los 400 millones de euros.

La cifra contrasta con los más de 600 millones de euros que llegó a acumular en plena crisis, una situación agravada, además, con dos circunstancias muy perjudiciales para el ejecutivo: en primer lugar, el desplome sufrido por las acciones de ACS en el mercado durante 2012, cuando comenzó a articular su salida del capital de Iberdrola; y en segundo, el hecho de que el grupo tuviera que suspender el dividendo a cuenta de los resultados de aquel año, toda vez que el saneamiento que se vio obligado a afrontar como consecuencia del agujero que provocó la desinversión en la eléctrica derivó en pérdidas próximas a los 2.000 millones de euros.

Al cierre del ejercicio 2015, la deuda de la instrumental de Florentino Pérez con la banca es aproximadamente un tercio inferior a la que registraba en 2012

Al cierre del ejercicio 2015, la deuda de la instrumental de Florentino Pérez con la banca es aproximadamente un tercio inferior a la que registraba en 2012, sin duda el año más delicado para sus finanzas personales. Además, prácticamente la totalidad del endeudamiento que acumula Pérez es a largo plazo, gracias a unos sucesivos procesos de refinanciación que ha llevado a cabo durante los últimos años para esquivar vencimientos multimillonarios. Además de los citados procesos de refinanciación, la progresiva reducción de la deuda ha sido posible gracias a que ACS ha mantenido el dividendo, incluso en aquel ejercicio tan complicado cuando, pese a la oposición de algunos socios (en especial, de Corporación Financiera Alba, la sociedad de cartera liderada por los March), la compañía terminó por retribuir a los accionistas con cargo a reservas.

Esquivar las ejecuciones

Florentino Pérez luchó denodadamente por ese dividendo, una batalla en la que estaba en juego ni más ni menos que su supervivencia financiera. Cabe tener en cuenta que, por entonces, la banca apretaba de forma notable al presidente de ACS. Su participación en la compañía, principal garantía de los créditos con los que la adquirió, apenas superaba los 430 millones de euros mientras que su deuda superaba ampliamente los 600 millones.

Aquel polémico dividendo complementario evitó probablemente alguna ejecución como la que no pudieron esquivar otros ilustres socios de ACS: Alberto Alcocer y Alberto Cortina, los Albertos. Ellos sí se vieron obligados a reducir su participación en la constructora, tanto por ejecuciones de entidades financieras como por venta de títulos para obtener la liquidez necesaria para afrontar el pago del servicio de la deuda. Salvado ese ‘match-ball’, ACS ofrece a sus socios percibir el dividendo en efectivo o en acciones de la compañía; su presidente siempre optó por la primera opción.

Más poder en ACS

Ahora, la situación se ha dado la vuelta. Mientras que la deuda de Florentino Pérez con las entidades financieras es de aproximadamente 390 millones de euros, su paquete de acciones de ACS está valorado, a precios de mercado, en algo más de 950 millones. Una situación que le permitiría, incluso, endeudarse algo más para incrementar su participación en la constructora.

No obstante, teniendo en cuenta la posición de salida en la que se encuentran los otros principales accionistas de la empresa, Pérez no necesita adquirir más títulos para consolidar su posición de poder al frente de la empresa. La próxima junta verá cómo incorpora un nuevo consejero dominical que votará a favor de sus posiciones. Liberado del lastre que suponía su elevado apalancamiento financiero, Florentino Pérez se siente fuerte de nuevo al frente de ACS, como prueba el hecho de retrasar la llegada del futuro consejero delegado. 

La decisión de incorporar a una figura con la que repartirse el poder ejecutivo que aglutina se interpretó como un guiño hacia unos socios que hace tiempo que dejaron de creer en su gestión y decidieron desfilar ordenadamente del grupo. Por eso, ahora se plantea un nuevo escenario en el que todo podría cambiar.

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