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Felipe González dejará Gas Natural “aburrido” y tras cobrar más de 420.000 euros por sus servicios

El expresidente González.

Una cifra ligeramente superior a los 400.000 euros al décimo del último Gordo de Navidad; en concreto, más de 421.000 euros por cerca de 40 reuniones a lo largo de algo más de tres años, a razón de 126.500 euros anuales.

Es el balance de la experiencia del expresidente del Gobierno Felipe González como miembro del máximo órgano de gestión de la compañía energética. Una experiencia que, al parecer, no le ha gustado. Según anunció este jueves, el exlíder socialista se va "no porque haya incompatibilidades, sino porque es muy aburrido".

Su salida ha pillado a contrapié a Gas Natural, que esta misma semana, poco antes del anuncio de González, todavía insistía en su idoneidad para el puesto y su gran aportación al grupo, por su amplia experiencia internacional y sus buenas relaciones con el mundo latinoamericano.

Un discurso, el de la empresa, en línea con las bondades que destacaba cuando le fichó por su “amplio reconocimiento y prestigio nacional e internacional, especialmente como estadista y experto conocedor de Latinoamérica, y también de los países de la Unión Europea y del arco Mediterráneo, en los que Gas Natural Fenosa tiene una presencia significativa como operador energético”.

González, otro nombre más en el amplio listado de expolíticos que se han puesto al servicio del sector energético durante esta larga crisis, va a poner fin a una etapa que arrancó en diciembre de 2010 y que podría haber concluido de forma algo más discreta (y con carácter inmediato), ateniéndose al procedimiento que estipula el reglamento del consejo de Gas Natural.

En su condición de vocal independiente, le habría bastado con explicar por carta al resto del consejo las razones de su marcha, al producirse esta antes de terminar su mandato, y esta se habría comunicado posteriormente como información relevante al regulador bursátil.

Pero el expresidente es de otra pasta y, pese a tanta reunión tediosa, va a agotar su mandato (algo que ocurrirá el próximo 14 de abril) y ha preferido airear su salida con meses de antelación y en un acto público, la presentación, en Sevilla, de su último libro. "Me interesaba conocer el tema de la energía, me hubiera ido mejor asesorando a empresas con domicilio fiscal en las islas Caimán", ironizó el que fuera presidente entre 1982 y 1996, que aseguró que dejará el puesto pese a haber cumplido no sólo con el régimen de "las incompatibilidades legales, sino las éticas".

En este periodo entregado a su cita mensual con el consejo de administración de Gas Natural Fenosa, González ha protagonizado algún episodio polémico, como su presencia simultánea en el Consejo Rector de Doñana mientras Gas Natural tramitaba la puesta en marcha de un gasoducto en ese entorno protegido. También ha visto cómo su propio partido apoyaba (siquiera fugazmente) una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción por las relaciones entre expolíticos y energéticas.

En estos algo más de tres años, el expresidente ha cobrado el 'sueldo base' de vocal en la gasista, ya que sólo ha ejercido como consejero raso (no pertenecía a ninguna comisión del consejo). Y en este lapso, sus acciones (ya tenía un pequeño paquete de títulos antes de su fichaje) han duplicado su valor, desde 9 euros a los actuales 18,175 euros.

Tras ser nombrado consejero, González comunicó a la CNMV que tenía 1.750 títulos de Gas Natural que, a los precios actuales, estarían valorados en algo más de 31.800 euros. Al cierre de 2012 (último dato disponible), su participación llegaba a los 1.902 títulos, que actualmente valdrían 34.568 euros. Una minucia, teniendo en cuenta que, por sus servicios en Gas Natural, González cobra (todavía) unos 10.541 euros brutos mensuales, a cambio de unas horas (tediosas, eso sí) de su preciado tiempo.

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