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La ascensión de Dimas Gimeno convierte a Pizarro en una mera figura decorativa en El Corte Inglés

Manuel Pizarro llegó a El Corte Inglés como consejero de la mano del fallecido Isidoro Álvarez.

El presidente de El Corte Inglés (ECI), Dimas Gimeno, ha decidido que Manuel Pizarro se quede como simple consejero en el primer grupo de distribución español. El ex presidente de Endesa y ex diputado del Partido Popular seguirá manteniendo también el cargo de adjunto a la presidencia, pero sólo a título nominativo, sin funciones concretas, según confirman a Vozpópuli fuentes conocedoras de la situación interna del grupo.

Pizarro llegó a ECI en julio del pasado año como fichaje estrella del entonces todopoderoso -aunque muy mermado físicamente- Isidoro Álvarez, en calidad de adjunto a la presidencia como responsable del área financiera, en lo que supuso todo un guiño a los bancos que un año antes habían sellado el acuerdo de refinanciación de 3.800 millones (de los 5.000 millones de euros de deuda total) para dotar de oxígeno al grupo.

Pizarro, todo un referente en los mundos financiero, empresarial y político, representó un punto de inflexión en la historia de ECI, que iniciaba su senda hacia una mayor profesionalización de la gestión en un contexto de recuperación del consumo, después de sufrir un duro lustro de caída de ventas y rentabilidad por la crisis.

La junta que el grupo celebró en agosto reforzó la posición de Pizarro en la cúpula, al nombrarle consejero a petición de Álvarez, que lo quería a su lado para afrontar nuevos desafíos: internacionalización, nuevas formas de financiación (emisión de bonos), posibles desinversiones y renovación de la imagen de marca de cara al consumidor.

Isidoro Álvarez le trajo para dirigir el área financiera y ser un puntal en el cambio de estrategia del grupo, pero Gimeno sólo lo quiere como consejero

Pizarro estaba llamado a ser consejero aúlico de Álvarez, y trabajaría en paralelo al papel asignado por el presidente a su sobrino Dimas Gimeno, entonces consejero director general y ‘número dos’ del grupo. Pero todo se truncó a mediados de septiembre con la muerte del gran artífice del éxito de la cadena de grandes almacenes. En menos de una semana, el consejo nombró presidente a Gimeno (39 años) y Pizarro mantuvo formalmente sus cargos.

Con el paso de los meses, el nuevo máximo ejecutivo ha ido reforzando su control de la cúpula directiva, mientras que ha preferido dejar en manos de la vieja guardia la Fundación Ramón Areces, ahora presidida por Florencio Lasaga.

Gimeno no cuenta con Pizarro para implementar su plan de futuro, marcado por una nueva estrategia dirigida a ampliar el abanico de clientes del grupo, hacer la marca más asequible y moderna y recuperar la cuota de mercado perdida durante los duros años de crisis.

El Corte Inglés afirma que Pizarro "ejerce las funciones propias de un consejero y está bien considerado en la casa"

Según las fuentes consultadas, Gimeno no pide a Pizarro asesoramiento para la toma de decisiones estratégicas del grupo, tal y como indicaría su cargo de adjunto a la presidencia, de forma que el también consejero de Ibercaja se ha quedado en la casa sólo con las funciones establecidas a los consejeros. Nada más.

Nada de pilotar o asesorar al presidente en la política financiera del grupo (en su día se llegó a hablar de que Pizarro podría poner en marcha su salida a Bolsa), tal y como quería Isidoro Álvarez. Ahora es Dimas Gimeno el que dirige el grupo y cuenta con su gente de confianza.

Fuentes oficiales de la compañía señalan que Pizarro "ejerce las funciones propias de un consejero, está bien considerado en la casa, se siente cómodo con su labor y se le valora su conocimiento de los mercados y el sector financiero".

El joven ejecutivo ha ido marcando los plazos en los cambios que ha introducido la compañía en su estructura corporativa y accionarial. Gimeno cuenta ya con el respaldo de toda la familia tras meses de negociaciones, ha dado entrada en el consejo a su prima María Álvarez, hija del ex presidente. La hermana de ésta, Cristina, también podría ser nombrada consejera en los próximos meses. Las dos trabajaban ya en el grupo de distribución, lo conocen muy bien y forman parte de las nuevas caras que la familia y el propio Gimeno quieren poner al frente de la compañía.

Las dos hijas de Isidoro Álvarez, además, también forman parte del máximo órgano de poder de la Fundación Ramón Areces, que controla el 37% del grupo de distribución. Esta participación, unida al 24% que poseen las herederas del fallecido presidente, permiten atar en corto el control de una compañía ahora inmersa en un proceso de renovación de cara al futuro.

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