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Efecto del procés: un tercio del negocio de CaixaBank en Cataluña se mudó a Madrid

Sede de CaixaBank en Barcelona.

Bromean en Barcelona con que para ser catalán de verdad hay que tener en la cartera el carnet del Barça, el del club Super 3 y la tarjeta de crédito de CaixaBank. Un indicativo de la importancia de la entidad catalana en la comunidad, con el liderazgo destacado en cuota de mercado. Y también de que lo que le pasara a CaixaBank en 2017 es un reflejo de lo que sucedió en el conjunto del sector.

Siendo así, las cuentas anuales del grupo reflejan un movimiento de negocio de 27.000 millones de Cataluña a Madrid el año pasado. Un tercio de toda la exposición geográfica que CaixaBank tenía en su territorio de origen se mudó a la capital debido a la inestabilidad de octubre.

Estos 27.000 millones no se deben a las cuentas espejo, sino casi exclusivamente al cambio de domicilio social de empresas que son socias (órbita laCaixa) o clientes de CaixaBank. De hecho, esta cantidad figura en las cuentas consolidadas del grupo -que incluye a las filiales-, mientras que en las individuales baja 3.492 millones.

Los 27.000 millones echan por tierra uno de los argumentos de los independentistas: que las 3.000 empresas que se ‘fugaron’ no llegan ni a un 1% de todas las sociedades catalanas, por lo que su marcha es simbólica.

La órbita La Caixa

Lejos de ello, en Cataluña había una exposición crediticia de 232.000 millones a finales de septiembre, según datos de Banco de España. Extrapolando la salida de riesgo de CaixaBank a todo el sector, el impacto sería también de un tercio.

Aun así, en el caso de CaixaBank el impacto es mayor por todo los cambios de sedes que hubo de sus participadas (VidaCaixa, gestora de fondos…) y de empresas de la órbita de La Caixa (Gas Natural, Abertis, Criteria…). El presidente del grupo, Isidro Fainé, lo pactó a cambio del real decreto que le permitió mover la sede del banco de forma exprés.

Estas cifras reflejan lo que podría haber ocurrido en Cataluña de no haber un cortafuegos

Estas cifras no tienen en cuenta el movimiento de las cuentas espejo, ya que para que reflejen un movimiento geográfico no basta con un cambio de oficina, sino que tiene que mudarse la persona o la sociedad.

El nerviosismo de las primeras semanas de octubre se tradujo en la apertura de 100.000 cuentas espejo, tal y como adelantó este medio. Unas 300.000 a nivel sectorial.

Más allá de su espectacularidad, estos números reflejan lo que pudo haber ocurrido en Cataluña de no haberse puesto un cortafuegos.

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