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La patronal bancaria pide que Bankia acabe absorbida por un grande

"Lo que se tenía que haber hecho es no crearla", considera la patronal bancaria. Incluso, Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), llega a pedir que Bankia no permanezca en el mercado. "Pida usted cuanto quiere para deshacerse de Bankia", propone en su línea de rechazar el uso de dinero público para mantener bancos y cajas quebradas. Sin embargo, minutos después, el portavoz de la banca cambia la fórmula de 'liquidación'. Bankia pasa de ser una entidad 'zombie' a una franquicia con el suficiente recorrido, mediante las ayudas públicas, para poder convertirse en un banco "potente, eficiente y magnífico". ¿Cómo? Obligándola a adelgazar ("deshacerse de Bankia es acabar con lo quebrado", puntualiza Martín) para aplicarle la 'fórmula Banesto': finalizar en la órbita de uno de los grandes.

"Hay que deshacerse de la Bankia caduca. Si se pone dinero se tiene que crear una entidad potente y eficiente. Lo mismo que pasó con Banesto. Se creó un grupo que ahora es el más capitalizado de Europa. Costó dinero y no nos arrepentimos", solicitó Martín, una día después de que el Estado se haya convertido en el accionista total de BFA, la matriz de Bankia, que presenta una valoración negativa de 13.365 millones de euros.

Sin embargo, definido el objetivo, el presidente de la AEB no llega a desarrollar la estrategia: "Se puede comprar, vender, hacer desinversiones...", dejó en el aire Martín. Mientras tanto, Bankia continua con su plan de recapitalización y saneamiento, a la espera de que Bruselas concrete la cifra final de fondos públicos. El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri continua con su política de desinversión de sus participadas. El jueves vendió el 100% de Finanmadrid, su financiera de automóviles en México, por 9,7 millones de euros.

Esta solución no se vislumbra para la participación con la que cuenta Bankia en Mapfre. De hecho, Antonio Huertas, presidente de la aseguradora, considera que la salida de Bankia del accionariado de Mapfre "es la más remota posibilidad que puede existir ahora mismo, porque, para la entidad, Mapfre es un aliado estratégico con el que lleva trabajando más de 14 años y con el que tiene implicaciones muy importantes". No obstante, Huertas, que al igual que Martín participó ayer en el curso de la APIE de Santander, ha señalado que, si eso ocurriese, "nunca sería un problema para el pequeño inversor y para la empresa, pues se buscarían soluciones con otros inversores para sacar el paquete de acciones a la calle".

La solución del banco malo

Otra de las patas del saneamiento de las nacionalizadas, junto a la política de desinversiones, es la fórmula del malo, una opción que según explicó Martín puede ofrecer la opción de un futuro en solitario para alguna entidad en manos del FROB, como es el caso de Catalunya Caixa, a la que citó expresamente.

En este sentido, a juicio de Martín, hay entidades a las que si se les separa sus activos tóxicos y se sustituyen a los gestores que han propiciado su mala situación financiera, "como lo demás es magnífico, pues ya está hecha la entidad fuerte". Sin embargo, hay otros casos de entidades más pequeñas, sin suficiente desarrollo geográfico, "en las que hay que hacer algo más. No basta lo anterior porque el núcleo de la entidad no es suficiente potente". "En estos casos", precisa el presidente de la AEB, "tiene que haber fusiones con entidades más sólidas y potentes".

En cuanto al coste de la liquidación de entidades, el responsable de la patronal bancaria apoya la nueva línea aprobada por Bruselas de que sean los accionistas y bonistas los que soporten esta factura para que no afecte al contribuyente. En este sentido, Martín no se mostró partidario de ofrecer una solución a los titulares de las participaciones preferentes, que pueden verse afectados por una quita en las entidades nacionalizadas. "Si quieren exigir responsabilidades de los gestores, que lo exijan, y que recuperen el dinero de donde puedan", solicitó Martín.

Sobre este tema, el Banco de Pagos Internacionales (el BIS, por sus siglas en inglés), dirigido por el español Jaime Caruana, aboga en su informe anual de la institución porque los tenedores de los bonos de la banca asuman pérdidas. "Habría una mayor sintonía entre los incentivos de los bonistas y el interés público en general si los inversores tuvieran más claro que deberán asumir pérdidas si los bancos se ven en problemas". Y va más allá: "Si los riesgos para los inversores fueran más claros y dejaran de concederse ayudas a los bancos para paliar la crisis, inclusive con avales públicos a sus bonos, los inversores tendrían más interés en escrutar la situación financiera de los bancos antes de invertir en ellos".

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