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Dracon Partners y Sara Pérez Frutos: así actuaba la loba del parqué madrileño

Sara Pérez Frutos.

"No sé si en las oficinas tirarían enanos, pero el asunto de Dracon Partners tiene bastantes similitudes con la película El Lobo de Wall Street", comentan fuentes conocedoras del caso de la sociedad de inversión española, que afronta querella presentada por clientes por los presuntos delitos de estafa, coacciones, asociación ilícita, publicidad engañosa y alteración de precios del mercado. La que fuera presidenta de Dracon, Sara Pérez Frutos, está imputada y ha declarado ya en dos ocasiones en los juzgados de Plaza de Castilla de Madrid. La próxima semana, más de 20 empleados de la sociedad declaran como testigos.

Al igual que en la película dirigida por Martin Scorsese y protagonizada por Leonardo Di Caprio, de acuerdo al contenido de la querella, presentada en 2013, los empleados de Dracon simulaban conocimientos en Bolsa que no tenían y captaban inversores que, sin estar capacitados para ello, destinaban sus ahorros a productos complejos como warrants. La Eafi (Empresa de Asesoramiento Financiero) recibía a cambio jugosas comisiones y sus clientes perdían decenas o cientos de miles de euros, algunos de ellos como unos jubilados con ingresos de 20.000 euros anuales, o una familia que invirtió el dinero que guardaba para el cuidado de una hija con síndrome de Down.

Los testimonios de los clientes de Dracon que se sienten estafados por la firma dan cuenta de la operativa de la sociedad, que fue dada de baja por la Comisión Nacional del Mercado de Valores en 2012. El pasado mes de marzo el organismo regulador del mercado multó a Dracon con 1,25 millones de euros, y con 625.000 euros a su administradora única, Sara Pérez Frutos.

Uno de los últimos artículos escritos por Sara Pérez Frutos antes de que la CNMV retirara la licencia a Dracon fue uno en el que recomendaba Pescanova

La querella, presentada por Evolutiza Abogados & Asesores Tributarios, al frente de la cual se ha situado la letrada Lourdes Álvarez Laube, explica que Dracon mantenía su domicilio social en una de las calles más exclusivas de la capital, Velázquez, "un escaparate", cuando en realidad sus empleados trabajaban en oficinas situadas en un polígono industrial, sin que sus clientes lo supieran.

Varios de los clientes representados por el despacho que ha denunciado a Dracon explican que eran sometidos telefónicamente a un test de idoneidad. "Siendo clientes minoristas y ajenos profesionalmente al mundo financiero, los gestores de Dracon Partners no dudaron en dirigir sus carteras de inversión, sin establecimiento de stop de seguridad alguno, a la inversión en warrants, producto caracterizado por su inestabilidad, volatilidad y peligrosidad si no se maneja con el debido cuidado y conocimiento", señala la querella. Los clientes no obtenían en ese test telefónico la puntuación suficiente para acreditarse como inversores en warrants, "circunstancia que se resolvió trastocando por los mismos comerciales las respuestas dadas".

La fuerte presencia en medios de prensa y en televisión de Sara Pérez Frutos entre los años 2011 y 2012 sirvió para que los clientes tomaran confianza con Dracon. Uno de los últimos artículos publicados por Sara Pérez Frutos, en octubre de 2012, que todavía puede consultarse en internet, poco antes de que la CNMV retirara la licencia a Dracon para operar, fue uno titulado La Bolsa aún no refleja el gran negocio de Pescanova: el rodaballo (cuatro meses después estallaría el escándalo Pescanova, dejando tirados a miles de inversores).

Uno de los clientes [las identidades de los afectados que aquí se publican no son las reales, por deseo de los mismos] captado por Dracon, L.H., con una enfermedad que le impide trabajar, fue convencido para invertir sus ahorros en warrants de Repsol. L.H. contactó con Dracon para advertir que por esas fechas, principios de 2012, circulaban noticias previendo una acción de nacionalización inminente en Argentina sobre activos de la multinacional española (el Gobierno argentino finalmente nacionalizó YPF en abril de ese año). El cliente perdió en esa operación más de 25.000 euros, y como en otros casos relatados en la querella, los comerciales de Dracon se pusieron de nuevo en contacto con él para convencerle de que la única forma de recuperar su dinero era invertir en otra operación, que también salió mal. L.H perdió en total cerca de 60.000 euros, de los que 11.446 euros fueron comisiones.

"Cuando se filtra una información policial en marcha, es que no hay nada", dice una fuente sobre la supuestra trama corrupta en la CNMV

Doña Isabel fue contactada por un asesor de Dracon Partners quien le insinuó que Sara Pérez Frutos "tenía información privilegiada en referencia con el devenir de los títulos de Banco Santander", y que debía invertir "todo lo que tenga, incluyendo los ahorros que tiene especialmente reservados a sus hijas". El cliente entregó 150.000 euros que Dracon invirtió en cinco valores, no sólo en Santander, logrando así cinco comisiones, una por operación. En este caso Isabel ganó cerca de 5.000 euros, y la Eafi le convenció para volver a invertir, en esta ocasión, sumando las comisiones, más de 170.000 euros. Pero los valores por los que apostaron se devaluaron, Dracon siguió invirtiendo hasta que finalmente Doña Isabel registró unas pérdidas totales superiores a los 200.000 euros, de los que 56.540 fueron pagos por comisiones.

Sin saber cómo Dracon había obtenido su teléfono, un matrimonio de Cuenca fue contactado por uno de los comerciales de la firma a principios del verano de 2011. La mujer fue sometida a uno de esos test de idoneidad, siendo calificada como cliente minorista, con un nivel de ingresos anuales inferior a los 20.000 euros. La querella cuenta que el matrimonio quería hacer unas reformas, y se avino a invertir cerca de 10.000 euros, más un pago de 1.180 euros en comisiones. Perdieron lo invertido, y los comerciales de Dracon les convencieron de que la única manera de recuperar las pérdidas era volver a invertir. El matrimonio vendió acciones que tenían a título particular en Telefónica, puesto que ya no disponían de más efectivo, y entregaron a Dracon más de 4.000 euros. La sociedad de inversión destinó ese dinero a la compra de warrants de Google, y en una semana perdieron la mitad. A pesar de todo Dracon siguió invirtiendo dinero del matrimonio, logrando ganancias en algunos casos, que volvían a invertir. Finalmente perdieron cerca de 25.000 euros, de los que 3.186 euros fueron por comisiones.

La querella relata varios casos más similares a los expuestos, algunos en los que las pérdidas se situan entre los 92.000 y los 440.000 euros.

"Cuando se filtra una investigación policial en marcha, es que no hay nada"

De acuerdo a fuentes judiciales, la investigación que está llevando a cabo la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal) sobre una supuesta trama de corrupción en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, se origina a raiz de una denuncia de Sara Pérez Frutos, la administradora de Dracon Partners. La supuesta trama consistiría en la retirada de licencias para operar de firmas de inversión, entre ellas Dracon. Fuentes de la investigación señalaron a Vozpopuli el mes pasado que por el momento la Fiscalía de la Audiencia Nacional no ha apreciado indicios de cohechos o sobornos.

Sobre la investigación policial informaron varios medios entre finales del pasado mes de julio y principios de agosto. "Cuando se filtra una investigación policial en marcha, es que no hay nada", comenta una fuente jurídica al frente de las investigaciones de algunos de los mayores casos de corrupción empresarial sucedidos en los últimos años en España. "Si en Estados Unidos se publicara que la policía investiga una supuesta trama corrupta en la SEC [el regulador del mercado estadounidense], no se lo que pasaría", añade. La misma fuente indica que, no obstante, algunos casos de corrupción ocurridos en España fueron denunciados por presuntos delincuentes, y que la investigación en marcha sobre la CNMV prosigue a pesar de la querella que afronta Sara Pérez Frutos, y que fuera esta misma persona la que denunciara la supuesta trama corrupta. Y de que el mismo regulador retirara la licencia a la Eafi tras detectar deficiencias relativas a las funciones de control, mecanismos de seguridad informática, falta de aprobación de las cuentas anuales de 2011 y ausencia de informe de auditoría, débil situación financiera patrimonial...

La Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional ha comunicado recientemente sentencia en la que explica que lo que motivó la revocación de la autorización a Dracon para seguir operando no fue la imposición de una sanción, sino "la existencia de una serie de hechos o deficiencias detectados por la CNMV en su actuación de supervisión, puestas de manifiesto a través del denominado informe de incumplimiento, que es el que ha constituido la base para elaborar la propuesta de apertura del expediente de revocación". La sentencia señala que con que existiera una causa de revocación, sería sufiente para la retirada de la licencia, pero que en el caso de Dracon hay diez causas que motivan la medida.

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