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La debacle de Popular pone a Hidalgo ante la obligación de reconciliarse con los Botín

La debacle de Popular pone a Hidalgo ante la obligación de reconciliarse con los Botín

La compra del Banco Popular por Banco Santander por un euro más la deuda alcanza de lleno a decenas de grupos empresariales que tenían relación con la entidad financiera presidida durante la última década por Ángel Ron. Tal es el caso de Globalia, el primer grupo turístico privado del país, cuyo banco de referencia ha sido durante los últimos años el Popular, defendido por su presidente Juan José Hidalgo en público y accionista del grupo desde julio de 2005 cuando compró un 9,9%.

Según las cuentas de 2015 vistas a través de Insight View, José Carlos Martín Rivera , director de Banca Corporativa y Sindicación, ha sido el representante de Banco Popular en el consejo de administración de Globalia. El Popular ha sido una entidad que históricamente ha apostado por las refinanciaciones para evitar tener que provisionar y calificar como morosos los impagos, no así la entidad de origen cántabro, con mayor tendencia a ejecutar tomando el control de la compañía si las empresas de las que es acreedora no pueden hacer frente a sus obligaciones, como ha pasado en recientes casos como Isolux y Abengoa.

Según las cuentas de Globalia a 31 de diciembre de 2016, el grupo cuenta con una deuda bancaria de 71 millones de euros en 2017. Fuentes del mercado sostienen que una parte primordial de esta deuda está contraída con el banco que fue vendido por un euro y por tanto ahora ha pasado al Santander, una entidad presidida por Ana Patricia Botín, con quien el actual consejero delegado de Globalia, Javier Hidalgo, tuvo algún desencuentro personal en el pasado.

Desencuentro personal

Según informó la crónica social, en 2006 Hidalgo hijo tuvo un problema con el marido de Ana Patricia Botín, Guillermo Morenés, en una fiesta de fin de año en Gstaad (Suiza). Cuenta 'El Mundo' que "tras una breve disputa verbal, el marido de Botín echó al entonces delfín de Air Europa a la calle". Según la web especializada 'Preferente' no ha sido el único desencuentro entre las familias Hidalgo y Botín.

En el grupo turístico, que tiene negocio de línea aérea (Air Europa), agencia de viajes mayorista y minorista, hoteles y handling, han preferido no hacer ningún comentario ni sobre la situación de su deuda bancaria ni tampoco sobre la posibilidad de que Santander cambie la política crediticia que hasta ahora estaba viviendo el holding por una menos laxa. Desde mediados del año pasado la suerte del banco madrileño parecía estar echada y en Globalia han sido conscientes de ello.

Santander evaluará cada una de sus participaciones para decidir qué hacer con ellas

La entrada en el capital de Globalia por parte de Popular valoró el grupo en unos 600 millones de euros entonces mientras que fue seguida por la entrada de Unicaja, que compró un 7% valorado en unos 42 millones.

Consultado el Banco Santander por este diario, han indicado que por el momento no hay constancia de que se haya producido ningún cambio en ningún consejero de ninguna participada. Se está analizando la cartera de participadas que tiene Popular para observar en cuáles de ellas interesa mantenerse y en cuáles no sin que por el momento haya ninguna decisión comunicada. "El proceso de integración del banco lleva tiempo", han asegurado.

Mientras tanto, la dirección de Globalia, con su nuevo CEO Javier Hidalgo al frente y su segundo Pedro Serrahima, trata de convertir en digital un grupo muy analógico. Las hijas de Pepe Hidalgo Cristina y María José, además de su hermano Juan Antonio y el empresario ibicenco y exministro con el PP, Abel Matutes Juan, también forman parte del consejo de administración de Globalia, primer grupo turístico con una facturación de 3.545 millones de euros a 31 de diciembre de 2016.

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