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La compra de El Árbol permitirá a Dia competir con Mercadona en la batalla por los productos frescos

Un establecimiento Dia Fresh.

Es una de las claves que explican la reciente adquisición de la cadena de supermercados El Árbol por parte del grupo Dia: además de permitirle cumplir el objetivo que se fijó a principios del año pasado de convertirse en el número dos del mercado español superando por poco a Carrefour, con una cuota aproximada del 9%, la compañía que pilota Ricardo Currás va a poder reforzarse en el segmento de frescos, la última gran apuesta de Mercadona, líder nacional con en torno al 22% y la cadena que ha marcado el paso al conjunto de la distribución en España en los últimos años.

A finales del año pasado, el presidente de Mercadona, Juan Roig, entonó un insólito mea culpa sobre el planteamiento con el que el grupo había enfocado su oferta de productos frescos en los últimos 30 años, basándose en el autoservicio y el empaquetado, y anunció un viraje hacia un modelo más tradicional que empezó con el pescado, siguió con la fruta, la verdura y el horno de panadería y culminará, ya a finales de este año, con la carnicería y la charcutería.

La pata de frescos, principal valor de El Árbol (que obtiene un 50% de sus ventas de este segmento) es también uno de los talones de Aquiles de Dia, que no ha obtenido los frutos esperados con Dia Fresh, la enseña de pequeños locales urbanos (unos 150 metros cuadrados de superficie) en los que, en horario ininterrumpido, se venden alimentos frescos como fruta, verdura, carne, pescado y pan.

Lanzada a finales de 2012, tras algunas dificultades para dar con el formato adecuado, la dirección del grupo decidió el año pasado echar el freno a su expansión, que se ha quedado en alrededor de 30 locales. El grupo cerró el ejercicio con 26 establecimientos de esa enseña, frente a los 100 inicialmente previstos para 2013.

JP Morgan pronostica un "duro" plan de ajuste en la compañía adquirida

Y mientras se ajusta el modelo y se encuentra la fórmula para la rentabilidad de Dia Fresh, la adquisición de El Árbol, octava cadena del sector y cuya marca Dia se propone mantener, puede ser una buena vía para reforzar el posicionamiento del grupo en perecederos.

La compra de El Árbol, que opera fundamentalmente en las comunidades autónomas de Asturias, Castilla y León, Aragón, Extremadura y Galicia, no deja de ser una apuesta redoblada de Dia por el mercado español, que actualmente (y contando su negocio en Francia, que acaba de vender a Carrefour), supone el 45,7% de sus ventas.

Dia, que espera obtener antes de finales de año la autorización de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a la operación, adquirirá los 425 pequeños supermercados de El Árbol (con una extensión media de 700 metros cuadrados), sus 30 cash & carry, su estructura logística y un modelo de distribución que “se puede complementar” con el de la cadena compradora, aseguran fuentes del grupo.

A la espera de que se concreten las condiciones que eventualmente imponga la CNMC y los solapamientos que detecte el grupo (un informe de JP Morgan da por hecho que “probablemente requerirá un duro proceso de reestructuración” de El Árbol), en el lado de las incertidumbres está la capacidad de Dia para revertir las pérdidas estructurales que ha sufrido el grupo vallisoletano en los últimos ejercicios por sus dificultades financieras.

La multinacional que preside Ana María Llopis, que ayer comunicó que va a realizar una emisión de bonos en Irlanda por importe de 500 millones de euros y vencimiento a cinco años, tiene a su favor la positiva experiencia en la integración de otras cadenas. La última, la red ibérica de perfumerías alemana Schlecker, de las que ya lleva reconvertidas a su nueva enseña, Clarel, en torno al 49% de las tiendas, según ha comunicado a los sindicatos, y que, como El Árbol, compró a precio de derribo.

Dia ha acordado la compra de El Árbol por el simbólico precio de un euro, más un préstamo participativo ya existente mediante el pago de un precio fijo de 26 millones de euros y un precio variable ligado a la evolución de determinadas magnitudes financieras de hasta 25,8 millones, cifras a las que se suma una deuda financiera máxima estimada de 99 millones de euros.

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