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El Gobierno coloca en el CSN a un hombre afín a Enresa para acelerar el basurero nuclear

Primeros sondeos en los terrenos en los que se construirá el Almacén Temporal Centralizado de residuos nucleares.

Golpe de mano del Gobierno en los estertores de la legislatura para tener el control del pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y poder sacar adelante proyectos tan importantes y polémicos como la construcción del basurero nuclear de Villar de Cañas o la reapertura de la central de Garoña.

Tras la salida del consejero propuesto por CiU, el nuevo statu quo de poder se decanta a favor del Ejecutivo, con tres consejeros afines (incluido el presidente, Fernando Marti) frente a los dos del PSOE.

Y el nombramiento del nuevo consejero elegido por el Ministerio de Industria y Energía, Javier Dies Llovera, puede facilitar mucho las cosas de cara a dar el último empujón a la construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares que se ha proyectado en el municipio conquense.

Dies Llovera es catedrático de Ingeniería Nuclear en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y ha trabajado mano a mano con Enresa en varios proyectos, tal y como recoge su currículum. Hay una estrecha relación tanto del nuevo consejero del CSN y como de la Politécnica de Cataluña con la empresa pública que tiene el encargo y el presupuesto para construir el cementerio nuclear.

Dies Llovera ha trabajado de forma directa en dos proyectos con Enresa, empresa que financia la Cátedra Amphos XXI y mantiene tres grupos de trabajo con esta universidad

La compañía controlada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI)  financia la Cátedra Enresa-Amphos XXI y la UPC en Sostenibilidad y Gestión de Residuos. Además, Enresa mantiene actualmente tres grupos de trabajo creados con esta universidad: Ingeniería Química, Ingeniería de Terreno e Hidrología Subterránea.

El propio Dies Llovera, cuya trayectoria profesional es impecable, colabora o supervisa algunos de estos proyectos conjuntos con Enresa y ha trabajado de forma directa en dos de ellos: "ENRESA C2725 y ENRESA C2725A", según recoge su currículum que detalla la propia universidad.

Enresa también colabora y tiene cátedras con otras universidades españolas (Rovira i Virgili, Castilla-La Mancha, Extremadura...).

Fuentes del sector consultadas reseñan la afinidad del nuevo consejero del CSN con Enresa y recuerdan que en los próximos meses tendrán que votar en el Pleno del CSN sobre las autorizaciones necesarias para el faraónico proyecto del ATC.

El Gobierno Rajoy quiere dejar atado y bien atado el plan de desarrollo del basurero nuclear que habrá de acoger en un futuro los residuos de alta radiactividad de todas las centrales españolas. Pero el cambio de Gobierno en Castilla-La Mancha y la posición discrepante de la consejera Cristina Narbona sobre la forma en que se está llevando el proceso de autorizaciones han colocado unos inesperados palos en la rueda del proyecto.

En los próximos meses, el nuevo consejero tendrá que votar sobre decisiones vitales para el futuro del cementerio nuclear

De ahí que un Pleno del CSN con tres consejeros alineados con el partido que ahora gobierna represente un salvoconducto para llevar a buen puerto el ATC, pese a la oposición frontal del Ejecutivo autonómico de Emiliano García-Page, que ha ampliado un área de protección ambiental para incluye los terrenos del basurero e impide su construcción.

García-Page, que fue investido con el apoyo de Podemos, parece no tener freno en su apuesta anti ATC y está estudiando incluso anular el plan urbanístico de Villar de Cañas que ampara la construcción del cementerio nuclear.

Mientras tanto, Enresa sigue adjudicando contratos para trabajos relacionados con la ingeniería de los “edificios e instalaciones convencionales” del ATC, pese a todas las incertidumbres que se ciernen sobre el proyecto.

Varios informes internos y externos encargados por el CSN han alertado de los problemas de seguridad que puede haber en la cimentación del ATC por el tipo de terreno en el que se va a construir.

Además, la consejera Narbona, en un duro voto particular, acusó en julio pasado a sus compañeros del Pleno del CSN de autorizar el ATC sin ceñirse al “exquisito y escrupuloso respeto a las máximas condiciones de seguridad” ni cumplir los principios de “neutralidad, independencia, transparencia y credibilidad exigibles al regulador nuclear”.

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