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Así está la fábrica de Coca-Cola en Fuenlabrada tras catorce meses cerrada

Botellas de Fanta apiladas

Coca-Cola Iberian Partners ha compartido algunas imágenes de la fábrica de Fuenlabrada, en la que la empresa entró el pasado martes para seguir con el proceso de reapertura que debe convertir la factoría en un centro logístico y de reciclado, frente a su función tradicional de producción de bebidas que ejercía hasta abril de 2014. Las imágenes no permiten saber mucho sobre el estado de la maquinaria, que ha sido objeto de trifulca, pues la compañía CCIP siempre afirmó que las máquinas habían sido desmontadas y, por tanto, era imposible fabricar allí, mientras que los sindicalistas, liderados especialmente por Comisiones Obreras, consideraban que la fábrica estaba perfectamente preparada para su uso. Lo que se muestran en ellas son montañas de productos apilados, presumiblemente caducados, que confirman lo que indicó el sindicato CCOO desde un primer momento: el cierre intempestivo de la factoría había desperdiciado mucho producto.

El comité de empresa de Fuenlabrada, que ha entrado junto con los operarios de la compañía para monitorizar las actividades de la misma, asegura que la planta está lista para funcionar: "Después de asegurar el cableado eléctrico, los extintores y otros elementos de seguridad".

Los sindicatos aún no ven claro cómo va a sustanciarse el cambio de la factoría, que pasa de fabricar a ser un centro de reciclaje

Por su parte, la empresa ha citado a los trabajadores que hayan pedido su reincorporación el próximo 3 de agosto, día en el que iniciarán su nueva andadura con un curso de formación para las nuevas funciones que tendrán asignadas. Los sindicatos recuerdan que la empresa no ha aclarado convenientemente "cómo se sustancia lo de que Fuenlabrada será un centro logístico y de reciclaje puntero". Los más combativos que montaron el campamento siguen opinando que la reapertura de la fábrica tal y como la plantea CCIP incumple la sentencia de la Audiencia Nacional.

En cualquier caso, las disensiones entre las distintas facciones sindicales, que venían tiempo siendo anunciadas por fuentes próximas al proceso, parecen agravarse estos días. Precisamente esta semana la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional ha homologado los acuerdos de extinción del contrato de trabajo de medio centenar de trabajadores afectados por la nulidad del despido colectivo ante la imposibilidad legal y material de proceder a su readmisión. Estos trabajadores, gracias al acuerdo alcanzado con el sindicato USO, tendrán derecho a las indemnizaciones y salarios de tramitación pactados, generando derecho a una nueva prestación por desempleo sin necesidad de reincorporarse y devolver la indemnización recibida a la empresa.

Muchos de los puestos de trabajo que antes había, asegura la compañía, se extinguieron al eliminarse duplicidades después de la fusión de las siete embotelladoras. Las plantas cerradas fueron Fuenlabrada, Asturias, Palma y Alicante. USO ha atacado a los líderes de CCOO asegurando que "por una mala gestión se cierra el acuerdo con una pérdida económica media cifrada en torno a los 76.000 euros, tras los 65 días ofertados durante la mediación de Manuel Pimentel". En Comisiones niegan la mayor: "No es cierto que se produjera tal oferta con Pimentel, quien diga que eso fue así que enseñe los papeles al respecto".

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