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La cláusula suelo acaba con el heavy metal

Interior de una de las tiendas de Arise.

Seguramente ni Paul Stanley ni Gene Simons, los fundadores de KISS, ni los hermanos Young, de ACDC, ni los componentes de Megadeth, Metallica, o Iron Maiden hayan oído nunca hablar de la cláusula suelo. Pero sus discos, junto con los de otros grupos de rock duro, han dejado de venderse en la tienda Arise, de Barcelona, que este mes ha echado el cierre; su propietario, Carlos Martínez Laguna, culpa de ello a la cláusula suelo.

Martínez Laguna abrió en Bilbao hace 23 años su primera tienda de música heavy. Durante los años noventa ocupó otros dos locales en la misma ciudad y alquiló uno más en Barcelona. A finales de esa década, Arise era la mayor cadena de tiendas en España especializada en música heavy, con dos establecimientos en Bilbao, otros dos en Barcelona y uno en Madrid. Entre 2002 y 2006, Martínez Laguna decidió pedir un crédito para comprar los locales de Bilbao, que le fue concedido por Kutxabank. En 2007 reunificó los préstamos, al que sumó el que había contratado para comprar su casa, y los traspasó a Abanca (entonces Caixa Galicia) con la cláusula suelo incorporada.

La piratería, internet, la crisis, la caída del consumo han ocasionado el cierre de multitud de tiendas de música, y también ha afectado a los establecimientos de Arise. Pero Carlos Martínez Laguna considera que ha sido el pago de esa cláusula suelo lo que ha terminado por hundir su negocio. "De los 9.100 euros que pago por el préstamo cada mes, 2.400 euros corresponden a la cláusula suelo", dice. "He cerrado la tienda de Barcelona, y otras dos en Bilbao, he tenido que despedir a todo el mundo", lamenta. Desde 2007, Martínez Laguna calcula que ha pagado por la cláusula suelo 140.000 euros. 

Lo particular de este caso es que el mismo Carlos Martínez Laguna, que ha tenido que cerrar sus tiendas de música, es el mismo Carlos Martínez Laguna que en febrero del pasado año logró que Abanca retirara del contrato con el que había firmado la hipoteca de su casa la cláusula suelo. El banco estuvo obligado a hacerlo después de que el Tribunal Supremo declarara nulas en mayo de 2013 estas cláusulas aplicadas a sus clientes por BBVA, Novagalicia (hoy Abanca) y Cajamar

Cuando el dueño de las tiendas Arise ha requerido en los juzgados que le fuera retirada la misma cláusula suelo aplicada al préstamo hipotecario con el que compró los establecimientos de Bilbao, se ha encontrado con la desestimación de los jueces. Tanto el juzgado mercantil número dos de Bilbao como la Audiencia Provincial entienden que, al ser persona jurídica el firmante del préstamo hipotecario que compró los locales, éste debía tener los conocimientos suficientes como para haber entendido qué es eso de la cláusula suelo. "No sabía lo que era la cláusula suelo cuando firmé la hipoteca de mi casa y tampoco lo sabía cuando firmé la de compra de los locales", asegura. "Al parecer se supone que, cuando tienes una empresa, tienes unos conocimientos que no tienes cuando eres un particular", comenta. "Igual que firmé la hipoteca de mi casa, firmé la de las tiendas; igual que no fui con un asesor para firmar la casa, tampoco lo hice para comprar los locales", remarca.

Mientras que a raíz de la sentencia del Supremo de 2013 la banca que opera en España prácticamente da por hecho que tendrán que retirar las cláusulas suelo de las hipotecas de sus clientes particulares, la cuestión no está tan clara cuando se trata de contratos con autónomos o con empresas. "Llevo años con este caso, con abogados, leyendo todo tipo de sentencias... pero sólo hemos encontrado tres o cuatro en las que se haya dado la razón a afectados con casos similares al mío", señala Carlos Martínez Laguna.

Vozpópuli ha trasladado la cuestión de las cláusulas suelo que afectan a pequeñas empresas o a autónomos a varias asociaciones. En la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme), organización empresarial que defiende los intereses de pymes y autónomos, no han podido aportar ningún comentario al respecto. En Adicae, la asociación de consumidores que ha demandado en los juzgados en nombre de 15.000 clientes la anulación de cláusulas suelo, han explicado que solo defienden casos de particulares. Y en la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA) tampoco han aportado ninguna información al respecto. "A veces pienso que soy el único empresario de España que está viviendo esto, no puedo creer que no haya muchos más autónomos o pequeños empresarios asfixiados por la cláusula suelo", dice Martínez Laguna.

Los KISS, ACDC, Metallica... siguen llenando estadios en conciertos a los que acuden decenas de miles de personas. Los viejos rockeros nunca mueren, y tampoco el dueño de las tiendas Arise se ha dado por vencido a pesar de los reveses judiciales y de la poca atención prestada a este caso por asociaciones empresariales y de consumidores. "Voy al Supremo", avisa.

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