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Marti aborta una encuesta interna en el CSN para evitar la reprobación de la "jefatura"

El ministro de Industria y Energía, José Manuel Soria, saluda a Fernando Marti, presidente del CSN.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) es un caos. El cuerpo técnico está totalmente enfrentado al Pleno del supervisor atómico y los consejeros del PP, con el presidente, Fernando Marti, a la cabeza, mantienen una guerra de guerrillas con una de las dos vocales que propuso el PSOE, Cristina Narbona.

La Asociación Profesional de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica (ASTECSN) ha denunciado estos días la falta de independencia del supervisor, su sometimiento a las presiones políticas y empresariales y la caza de brujas a la que viene sometiendo en los últimos meses a los técnicos discrepantes que no se pliegan a las imposiciones del presidente y su gente de confianza.

Pero además, el cuerpo técnico ha criticado que los máximos responsables del CSN hayan impuesto la ley del silencio en la casa para evitar que se filtre el clima de guerra interna que se vive desde hace muchos meses.

El cuerpo técnico denuncia la imposición de una ley del silencio en el organismo, para evitar que el clima de caos y guerra interna reinante salga a la luz

En el comunicado emitido por los técnicos contra el Pleno del CSN se denuncia que no se ha permitido la realización de una encuesta interna sobre el clima laboral.

“El primer paso para que esta institución mejore es hacer un diagnóstico correcto y conocer bien lo que piensan los propios trabajadores. Cuando se ha propuesto la idea de realizar una encuesta del clima laboral la respuesta recibida de algún responsable ha sido que 'no sería imparcial y serviría para reflejar una actitud muy crítica contra la jefatura', afirman los técnicos en el comunicado.

También ha trascendido este jueves que el Pleno del CSN aprobó el 4 de noviembre una modificación sobre las curvas de presión de la vasija del reactor de Garoña, un paso previo y necesario para que la central burgalesa pueda prolongar su vida útil hasta los 60 años.

La reapertura de Garoña ha provocado una nueva batalla en el seno del Pleno, en el que la consejera Narbona ha vuelto a votar en contra de esta resolución, justificando su decisión con un voto particular.

Pero tanto Marti como el consejero Fernando Castelló, nombrado a propuesta del PP, han presentado sendos votos particulares, casi calcados, en los que acusan a la representante del PSOE de menoscabar "la credibilidad de este organismo regulador".

Así que el presidente del CSN tiene levantado en armas a todo el cuerpo técnico y a parte del Pleno, en un momento crucial para el futuro de la seguridad nuclear en España, con polémicas decisiones pendientes como el 'sí' definitivo a la construcción del basurero nuclear o la aprobación de la autorización definitiva para que Garoña entre en operación.

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