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El Gobierno mete presión a las petroleras para que bajen los precios

José Manuel Soria, ministro de Industria.

Empieza a convertirse en un clásico: llega un nuevo Gobierno y anuncia que va a atar en corto a las petroleras para que bajen los precios de los carburantes. El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, dijo ayer que su departamento está estudiando “muy de cerca” la situación de ese mercado y, en concreto, el diferente “grado de respuesta” de las operadoras a los precios finales de los combustibles a las subidas y bajadas del petróleo Brent, de referencia para Europa.

Durante su intervención en un almuerzo organizado por KPMG y Europa Press, el ministro reveló que su departamento mantuvo “hace poco” una primera reunión con las grandes empresas de refino del país y confió en que “de aquí a poco pueda haber alguna orientación”. En concreto, la reunión se celebró la semana pasada y sentó a la misma mesa al secretario de Energía, Fernando Marti, y a directivos de las principales refineras. 

No es el primer contacto de este tipo. El presidente de la Comisión de Industria del Congreso, Pablo Matos, también mantuvo antes de ese encuentro una reunión en la Cámara Baja con responsables de Repsol, Cepsa y BP.

Soria lamentó ayer que “desafortunadamente, no siempre hay el mismo grado de respuesta en la repercusión [de las caídas de precios] sobre los productos de refino" cuando el crudo se abarata. El ministro parece apuntarse a la teoría del expresidente de la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), Luis Berenguer, que durante su mandato (concluido en octubre pasado) siempre sostuvo que los precios finales de los carburantes suben “como cohetes” cuando el Brent se encarece y bajan “como plumas” cuando se abarata.

Precisamente, este fenómeno es el objeto principal de un nuevo informe cuya aprobación ultima el organismo presidido por Joaquín García Bernaldo de Quirós.

El consejo de administración de la CNC estudiará hoy una nueva actualización de su ya tradicional informe de seguimiento del mercado español de carburantes. En esta ocasión, el documento estará centrado en analizar si esa tendencia que apuntó Berenguer (la de los cohetes y las plumas) se da en España y cuáles son sus posibles causas. No es seguro que el informe se apruebe hoy; podría posponerse a otra sesión (el consejo se reúne normalmente cada miércoles, aunque esta semana ha adelantado la sesión por motivos de agenda del presidente).

En la última actualización de su informe, en marzo de 2011, la CNC ya denunció “serios problemas” de competencia y constató que los precios antes de impuestos son superiores a los de la mayoría de países vecinos. La CNC estimó entonces un sobrecoste de entre 1.400 y 1.600 millones de euros al anuales para los consumidores españoles con respecto a los franceses o alemanes.

Tras llegar a alcanzar en marzo pasado los 127 dólares por barril, el Brent (influido por el empeoramiento de la crisis europea de la deuda) cotiza actualmente en torno a 107 dólares, un nivel similar al de primeros de año.

Desde enero, la gasolina se anota un encarecimiento del 3,2%, hasta 1,41 euros por litro. Su precio medio batió todos los récords en abril (rozó los 1,5 euros) y lleva cuatro semanas de descensos.

Por su parte, el gasóleo (el combustible más consumido en España) ha subido un 2,1% desde enero (el litro cuesta una media de 1,35 euros), tras el máximo histórico de marzo pasado (casi 1,4 euros por litro).

Al ligero abaratamiento de los precios de los combustibles, además de la caída del precio del Brent, también ha contribuido la normalización de la producción de Libia, aunque expertos de la industria del refino recuerdan que la debilidad del euro con respecto al dólar (moneda de referencia en el sector) ha atenuado los descensos. 

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