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La presión del Banco de España y la falta de comprador extranjero obligan a Botín a 'comerse' Banesto

"Al Santander no le quedaba otra salida con Banesto. Han sacado la filial al mercado en los últimos meses pero no han encontrado comprador", aseguran en fuentes financieras conocedoras de las intenciones de Boadilla. A ello ha contribuido la sequía de inversores internacionales en un momento macroeconómico tan delicado como el actual, situación que se ha vuelto a demostrar en la formación del accionariado del banco malo. La otra opción para dar aire a los resultados de Banesto, la compra de red por parte del Santander, tampoco convenció al Banco de España. El regulardor conminó a Emilio Botín a una "solución más global" para Banesto, según diversas fuentes financieras. Nada de medias tintas. La integración total.

Las reacciones después de que Santander anunciara la integración de Banesto y Banif, después de haber celebrado un consejo de administración en el Centro de Proceso de datos de Solares,  Cantabria, no se hacían esperar. “Ha sido una decisión totalmente apresurada, forzada por la situación económica, del sistema financiero y sin duda a instancias del Banco de España”, comentan varias fuentes.

En Boadilla, por su lado, niegan que la integración de Banesto sea una imposición de Bruselas en el marco de la reestructuración del sistema financiero español, aunque reconocen que la decisión se ha tomado poco menos que en cuestión de horas. Eso sí, “esta opción había sido analizada cuidadosamente durante mucho tiempo, tal como hemos comentado anteriormente en los Hechos Relevantes”.

¿Por qué esta rapidez? Pues por estar en un entorno cotizado y sin duda, por la cercanía del cierre de año, ya que 2013 se antoja también un año más que complicado. “Había que tomar una decisión ya”, insisten desde Santander. "Los beneficios de la fusión no eran suficientes cuando la situación del negocio funciona a ritmo normal. Ahora, estamos en un momento de máxima dificultad. La fusión ahora sí que tiene sentido", confirman desde Boadilla.

La venta ha sido un sorprendente ejercicio final, ya que, a la par que se planteaba la venta de Banesto, la cúpula del Santander también ha estado realizado el ejercicio contrario durante mucho tiempo: convertir a la filial en comprador. No sólo de alguno de los nuevos bancos de las antiguas cajas, sino también de una firma extranjera que opera en España. Así lo compartió el propio presidente de Banesto, Antonio Basagoiti, con los directivos de la entidad, en un encuentro el pasado mes de febrero.

Incluso, los primeros movimientos para la adquisición de Catalunya Caixa se efectuaron desde Banesto. Fue José García Cantera, anterior consejero delegado de la filial, quien inició las negociaciones con el equipo directivo de Adolf Todó. Los viajes de García Cantera a Barcelona, a lo largo de la pasada primavera fueron recurrentes para poner las bases de lo que el sector da por sentado: la integración de Catalunya Caixa en el grupo Santander.

En este sentido, en Boadilla niegan que la absorción de Banesto sea una operación defensiva frente a Economía y Banco de España para no tener que adquirir ninguna de las entidades nacionalizadas. "La operación de Banesto tiene sentido por si sola. No cambia para nada la estrategia del banco con respecto a futuras compras", explica José Antonio Alvárez, director financiero del grupo Santander.

 Al menos, 3.000 empleados afectados

Ni Alvárez, ni ningún otro representante del Santander han querido si quiera aventurar qué porcentaje de los 30.000 empleados del grupo en España podría verse afectado por la integración. El único mensaje es que no se producirá ningún despido ni ERE. Habrá bajas incentivadas y recolocaciones, tanto en España como en el extranjero. Fuentes oficiales dan a entender que el consejero delegado de Banesto, Javier San Félix seguirá en el grupo. No parece tan claro el futuro del actual presidente Antonio Basagoiti, cuya función no es ejecutiva. Su salida del Consejo del Santander, en febrero pasado, aventuraba no sólo la pérdida de peso de la filial sino la del propio ejecutivo.

Los primeros cálculos de los sindicatos, que han solicitado tanto a los directivos de Banesto como del Santander sendas reuniones para conocer las intenciones laborales del grupo, señalan que la horquilla de trabajadores afectados (recolocaciones en otras áreas de negocio o cambios por movilidad geográfica>) por la operación se sitúa en el entorno de los 3.000 a 4.000 empleados. Los sindicatos han realizado sus estimaciones en funciones del ratio de trabajadores por entidad de Banesto (3,5 empleados) y Santander (4,5 empleados), además de la desaparición de los servicios centrales de Banesto en Mesena.

En cuanto al cierre de las 700 oficinas de todo el grupo, el Santander no contempla ninguna venta de red durante el proceso de clausura. Para seleccionar qué sucursales serán cerradas, tanto Banesto como el Santander han realizado en los últimos meses un estudio de viabilidad en toda su red. Sin embargo, hay un dato que podría matizar los resultados del estudio. Banesto aún mantiene la propiedad de los locales de parte de su red, por lo que estas sucursales podrían verse beneficiadas frente a las que están en alquiler.

Más España

Pese a que en los últimos meses, Alfredo Sáenz, CEO del Santander, ha venido argumentando que el banco no quería más exposición a España, por el castigo que implica actualmente en los mercados internacionales, ahora desde Boadilla se ha cambiado el discurso.

La integración de Banesto se vende "como la normalización de la contribución de nuestro negocio en España". En los últimos trimestres, la aportación del negocio español al grupo no supera el entorno del 15% al 20% de todo el grupo, niveles que no aumentarán con esta aportación salvo que la situación económica española experimente un cambio radical.

No parece así por las proyecciones que realiza la entidad en una documento enviado a la CNMV titulado 'Fusión de Banesto con Santander". Según el estudio, el nuevo líder del mercado financiero español apenas prevé aumentar su volumen crediticio en 10.000 millones (2% de cuota) a tres años vista, hasta situarse en 220.000 millones (13% cuota). "Las estimaciones del Santander muestran la larga sequía de crédito que todavía vivirá España", explican desde un banco de inversión. De hecho, las cifras del Santander muestran que la inversión crediticia en España se situará en 2015 en 1,69 billones de euros, lo que implicará una reducción del 11% (217.000 millones) frente a la situación actual.

El crecimiento en depósitos se cifra en 25.000 millones, hasta los 210.000 millones, un 16% de cuota de mercado. Una de las medidas que adoptará el grupo para aumentar la captación será el aumento de su segmento de banca privada premium. En la actualidad, las tres divisiones de grandes clientes de Santander, Banesto y Banif gestionan una bolsa de 75.000 millones, lo que convierte al grupo presidido por Botín en el líder de este segmento en España.

¿Catalunya Caixa después?

El mercado descuenta una operación en Cataluña, ahora que Santander ha puesto en orden su casa. En una nota interna de un banco de inversión a sus clientes, comentaban que “damos por hecho el deal con Catalunya Caixa por la baja exposición del banco en la zona, porque BBVA ya ha movido ficha con Unnim y también otros operadores locales (Caixa y Sabadell); porque los despidos serán más sencillos si es preciso cerrar 700 oficinas de Banesto, y porque el impacto en capital y provisiones de un grupo Santander-Caixa Catalunya (siempre con protección de activos) dejaría un grupo más saneado, con más dinero y en caja y mejor posición para funding”. 

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