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El BdE permitió a Caja Madrid desde 2006 conceder créditos que no recuperaría

Sucursal de Caja Madrid.

La presente situación de Bankia refleja la degeneración financiera vivida en los últimos años en sus siete cajas. Con especial incidencia, en Bancaja y Caja Madrid. Empeoramiento del perfil de riesgo de la cartera hipotecaria, incremento del riesgo en sus inversiones en participadas, agresiva política comercial ligada a una errónea política de scoring de concesión, creciente dependencia de los mercados mayoristas para financiar la actividad crediticia...El Banco de España conoció los síntomas del enfermo desde 2006 en Caja Madrid, presidida por entonces por Miguel Blesa. Esta catarata de riesgos se repiten en los informes de las inspecciones realizadas a la entidad madrileña en 2006, 2009 y 2010 que aparecen en el sumario del caso Bankia, al que ha tenido acceso Vozpópuli.

En 2006, en pleno boom inmobiliario, el crecimiento de las hipotecas a particulares en Caja Madrid creció en un año por encima del 34% y del 55%, en el caso de los promotores. "En conjunto, el mercado hipotecario (vivienda+promotor) ha sido claramente el motor de la fuerte expansión crediticia, representando el 84% del crecimiento neto del riesgo total experimentado en los últimos quince meses (enero 2005-marzo 2006)", explica el documento de inspección. En 2005, la inversión crediticia aumentó a un ritmo del 25% (15.500 millones), pese a que la entidad tenía previsto una desaceleración del crédito a promotores y vivienda para el bienio 2005-2006.

Los informes del Banco de España ya alertaban en 2006 del excesivo riesgo que habían adquirido las carteras de hipotecas, desde 2003, por el mayor peso de las operaciones en las que la financiación superaba el 80% del valor de tasación. Además, la inspección señalaba como peligro que buena parte de esas hipotecas eran captadas por mediadores financieros en el canal API, donde la tasa de morosidad era muy superior a las contrataciones directas en las sucursales. Según los datos de la propia entidad, entre diciembre de 2005 y julio de 2006, el volumen de hipotecas firmadas en el API superaba mensualmente los 1.000 millones. El perfil de cliente captado en este canal eran en un 51% inmigrantes con contratos relacionados con la construcción y avalados por otros inmigrantes. La inspección del Banco de España no detecta esta situación hasta 2009, al reconocer que hay indicios de operaciones de avales cruzados por valor de 180 millones.

Entre enero de 2005 a marzo de 2006, el 84% del boom crediticio de la entidad fueron préstamos para vivienda y promotor.  En 2006, Caja Madrid suprimió el objetivo de morosidad para la red

Según refleja el Banco de España, las operaciones que firma Caja Madrid provenientes del canal API suponen el 34% del saldo dudoso y, en particular, en el cliente extranjero, que supone el 33% del saldo dudoso frente al 18% de 2005. Eso se debe en buena parte a que en 2006 se suprimió un objetivo de morosidad que debía cumplir la red comercial. Además, la cartera de cliente extranjero y la captada en el canal API supusieron un 83% y 80%, respectivamente, de las operaciones que financiaban más del 80% del valor de tasación del inmueble. En 2009, este tipo de operaciones elevaron la tasa de mora hasta el 8,4%, frente al 0,31% de diciembre de 2005.

La inspección concluye con una carta de Javier Aríztegui, subgobernador del Banco de España, a Miguel Blesa, fechada el 29 de diciembre de 2006, en la que se conmina a la entidad a una reclasificación de riesgos a subestándar (9.171 millones en diciembre de 2007) y una advertencia de prestar especial atención a la financiación concedida a los promotores y a las características de la cartera hipotecaria.

Alguna de estas advertencias cayeron en saco rato a la luz de la siguiente inspección a Caja Madrid, que terminó el 30 de junio de 2009. En sus conclusiones, el Banco de España señala que la ausencia de unas políticas claras respecto al scoring de concesión, "el cual no era decisivo, ha motivado que en los ejercicios 2006-08, el peso de las operaciones cuyo scoring daba rechazar (operaciones forzadas) ha venido aumentando tanto para los clientes como para los no clientes".

"Lo anterior", prosigue el texto, "unido al hecho de que hasta 2007, el modelo de scoring no contemplaba como factores diferenciadores de riesgo, ni el canal de entrada, ni la nacionalidad del acreditado, junto a que existe una deficiencia en la información sobre la capacidad de pago del acreditado, ha derivado en una cartera hipotecaria de alto riesgo.

Entre 2006-08, el peso de las operaciones cuyo análisis de riesgo daba rechazar se incrementó tanto para los clientes como para los no clientes

Caja Madrid no aprueba un plan de gestión de la morosidad hasta noviembre de 2008, no exento de críticas por parte del Banco de España. Las refinanciaciones superan, en muchos casos, el 100% del valor de tasación. Además, la inspección encontró deficitario el análisis realizado en estas refinanciaciones porque no se tuvo en cuenta el perfil de endeudamiento y la capacidad de repago de los clientes.

En lo que respecta a las adquisiciones de activos a promotores, el Banco de España denuncia que éstas desbordan "completamente las previsiones, constituyendo una política de huída hacia delante para dotar de viabilidad provisional a los afectados".

Todas estas incidencias se replican en el último informe de inspección de 2010. Sin embargo, el Banco de España no hizo nada por frenar la creación de Bankia.

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