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BFA firma las segundas mayores pérdidas de la historia de la banca española: 3.318 millones

Banco Financiero y de Ahorros reconoció ayer unas pérdidas de 3.318 millones durante el pasado ejercicio, tras la reformulación de las cuentas de la entidad. Los números rojos de la matriz de Bankia se convierten en los segundos más importantes de la historia de la banca española, sólo superados por las pérdidas de Banesto en 1993: 584.000 millones de pesetas, equivalentes a 3.510 millones de euros. Aquel agujero se destapó tras la intervención del Banco de España y la destitución de Mario Conde de la presidencia.

En las cuentas previas, sin auditar, BFA había perdido 423 millones en las cuentas individuales, mientras que en las consolidadas reconocía un beneficio de 41 millones. En cuanto a las pérdidas individuales, los números rojos de BFA rondan los 7.000 millones, provocados por el desfase en la valoración de Bankia. Los 12.000 millones en los que estaba valorada la participación del banco cotizado se han reducido considerablemente. Este importante volumen de pérdida, que sólo se computa en el balance individual de BFA, no en el consolidado, es lo que eleva las minusvalías de la matriz hasta el entorno de los 7.000 millones.

Según reconoce la propia entidad, las pérdidas de 3.318 millones son el resultado de distintos conceptos y todas ellas están cubiertas íntegramente por el plan de recapitalización. Por un lado, BFA contabiliza 1.561 millones de las pérdidas registradas por Bankia (ascendieron a 2.979 millones) por su participación del 52,4%. Por otro lado, la matriz de Bankia ha realizado saneamientos de activos fiscales y participadas por valor de 1.565 millones y 86 millones respectivamente. Además, el grupo carga contra patrimonio otros 1.179 millones de ajuste de los activos fiscales originados en el proceso de la revisión de la combinación de negocios del grupo.

Aparca el cambio de consejeros

En cuanto al cambio del Consejo, José Ignacio Goirigolzarri tenía previsto cambiar el órgano de Gobierno de BFA, después de que el pasado viernes hiciera lo propio con el de Bankia. Sin embargo, el nuevo presidente del grupo ha decidido posponer la decisión hasta que el Estado se convierta en el nuevo dueño de la matriz, en apenas unas semanas. "Se ha decidido aplazar el cambio hasta entonces", explican fuentes de la entidad. De esta manera, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), accionista mayoritario del grupo, decidirá el cambio de consejeros y el nombramiento de los directivos entrantes.

Lo que sí recibieron ayer los actuales consejeros de BFA, por parte del nuevo presidente, es la comunicación oficial de que abandonarán el cargo en la próximas semanas.

Saneamientos extraordinarios en el futuro

La entidad también deja abierta la puerta a nuevos saneamientos "extraordinarios" en el futuro, a pesar de la inyección de 19.000 millones de ayudas públicas que recibirá del Estado. Según un documento enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en el que detalla el origen del cálculo de esos 19.000 millones, Bankia reconoce que su saneamiento puede implicar la asunción de "costes extraordinarios". 

El grupo ha admitido además que cuando calculó la cifra no tuvo en cuenta los beneficios —antes de provisiones— que generará en los próximos tres años, porque entonces el volumen de las ayudas habría sido inferior. Lo que hará es guardar el dinero para otras contingencias, entre las cuales están esos costes extraordinarios, que dependerán de las condiciones que impongan las autoridades europeas y españolas para su aprobación y cuyos efectos no han sido especificados por Bankia. La entidad no aclara a qué se pueden deber y si se producirán, por ejemplo, recortes de plantilla y cierres de oficina.

Otra contingencia que podría asumir es la necesidad de aplicar saneamientos no contemplados ahora en el plan, como la "necesidad de ajustar la valoración de ciertos inmuebles de uso propio", como la torre Caja Madrid situada en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid. También se podría utilizar este dinero para "cumplir con suficiente antelación con las nuevas necesidades de capital regulatorio".

Una vez concedida la ayuda de 19.000 millones, que dará el control del grupo al Estado, la intención del Gobierno y del nuevo equipo gestor de BFA-Bankia es "poner al grupo en una senda de beneficios y rentabilidad sobre recursos propios crecientes en los próximos años de cara a permitir la venta de la participación del Estado en las mejores condiciones".

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