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BBVA pidió ayudas públicas en la subasta de Banco Popular

El presidente del BBVA, Francisco González

Banco Popular pudo ser de BBVA en junio. La entidad presidida por Francisco González planteó a la Junta Única de Resolución (JUR) y al Fondo de Reestructuración (Frob) comprar Popular a cambio de una suma millonaria de garantías públicas, según distintas fuentes financieras consultadas por este medio.

Los cálculos de BBVA y su asesor, el banco de inversión Rothschild, consideraban imprescindible que se cubriera el riesgo de posibles litigios. Algo que, según el informe 'secreto' de Deloitte, ascendía a 3.000-4.000 millones de euros.

Todo esto ocurrió durante los primeros días del pasado mes de junio. Los desplomes de Popular en bolsa y la retirada masiva de depósitos hicieron que la JUR y el Frob activaran una subasta exprés durante el fin de semana del 3-4 de junio. La idea era dar una semana a los candidatos para presentar una oferta en firme el 9 de junio. Para ello, el Frob y su asesor, Arcano, usaron la información disponible de la subasta que tenía en marcha Emilio Saracho, con JPMorgan y Lazard. Pero la situación se hizo insostenible por la fuga de depósitos, y hubo que adelantar plazos: la oferta final había que depositarla en el Frob al concluir el 6 de junio.

Pulso FG-Botín

Aunque en este proceso estuvieron Bankia, CaixaBank y Sabadell, la realidad es que las dos únicas entidades que gozaron de posibilidades durante los primeros días de junio fueron Santander y BBVA. Fue durante estos días durante los que González planteó la posibilidad de que hubiera garantías públicas.

Pero los responsables del fondo de rescate consideraron inviable esta opción. Tras un análisis en profundidad, BBVA decidió no presentar oferta a última hora del 6 de junio. Lo que sí hizo es mandar una carta ante el Frob diciendo que se retiraban. Horas más tarde llegaría otra de Santander, con la oferta de 1 euro. De esta forma, el fondo de rescate sí que tuvo dos cartas sobre la mesa, como dijo Luis de Guindos, ministro de Economía, aunque sólo una oferta.

El Frob recibió dos sobres en la madrugada del 6 al 7 de junio: uno 'vacío' de BBVA y otro con la oferta de Santander

De esta forma, hasta que llegó el sobre de Santander, hubo unas horas en la madrugada del 6 al 7 de junio en las que el futuro de Popular estuvo en el aire. Como ha explicado en más de una ocasión Guindos, la entidad podría haberse encontrado en concurso de acreedores y sin poder abrir las oficinas el 7 de junio.

Antes de esta resolución, se barajaron muchas opciones, como la integración de Popular en Bankia, la opción favorita de Guindos, que fue descartada por "el riesgo de implementación", según señaló el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri.

Otras opciones

Otra opción que llegó a barajarse fue traspasar activos problemáticos de Popular a Sareb o a un banco puente. Pero cualquiera de estas opciones hubiera implicado el uso de ayudas públicas, algo que ni podía ni quería asumir el Gobierno. Y menos en un momento como el que vivía el sector financiero europeo en mayo y junio, con la banca italiana en el foco de los mercados. Salvar a Popular con ayudas públicas era visto como un retroceso de varios años y una muestra de debilidad al mercado. Santander contó con ello y jugó sus cartas.

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