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Botella adelanta a este viernes la adjudicación del contrato de basuras de Madrid por la presión sindical

Ana Botella, alcaldesa de Madrid

La polémica en torno al nuevo contrato de recogida de basuras de la periferia de Madrid afecta incluso al calendario del Ayuntamiento. El Consistorio ha adelantado a mañana la reunión de la mesa de contratación con el fin de aprobar cuanto antes la adjudicación del nuevo contrato la UTE Urbaser-Cespa para tratar de formalizarlo lo antes posible, toda vez que el que está ahora vigente vence el próximo martes y FCC, la actual adjudicataria, ha rechazado la petición del Ayuntamiento de prorrogarlo.

En la decisión también ha influido la presión de los sindicatos, puestos en pie de guerra por el hecho de que el Ayuntamiento vaya a adjudicar el contrato a una oferta que presenta una baja efectiva del 16% de un presupuesto ya muy ajustado.

Los representantes de los trabajadores tienen previsto llevar a cabo protestas en el pleno del lunes, previo a la manifestación que está prevista para el martes.

Las alarmas han cundido en el equipo de la alcaldesa, Ana Botella, ante el temor de que la situación desemboque en una huelga de recogida de basuras que agravaría aún más la situación que padece actualmente la capital, cuando se suceden las denuncias por la suciedad de las calles en algunos distritos.

La inquietud llega a Génova

De este modo, el Ayuntamiento trata de tramitar cuanto antes el contrato para normalizar la situación. Además, el próximo vencimiento del contrato actual podría obligar al Consistorio a tramitar un decreto para que la basura siga recogiéndose en el tiempo de transición entre el vencimiento su vencimiento y la formalización del nuevo.

Ante el temor de que el bajo precio de la oferta de la UTE adjudicataria derive en consecuencias negativas para los trabajadores, los sindicatos han comenzado a plantear posibles movilizaciones, lo que ha generado inquietud en el seno del Ayuntamiento.

La preocupación ha llegado incluso a la dirección del Partido Popular, consciente de que una huelga de basuras en Madrid es muy significativa y podría tener consecuencias no sólo en el plano municipal y autonómico sino también en el nacional.

El papel de los sindicatos

Los sindicatos tienen previsto reventar el pleno ordinario del próximo lunes para protestar por la adjudicación del contrato a la UTE Urbaser-Cespa pero también por el hecho de que han solicitado en numerosas oportunidades mantener reuniones con el Ayuntamiento para hablar de este asunto sin que los responsables del Consistorio hayan accedido a llevar a cabo estos encuentros.

Quienes sí están empezando a moverse ante el escenario que se avecina son las compañías que conforman la UTE que se convertirá en adjudicataria a partir de este viernes.

Fuentes conocedoras de la situación han señalado a Vozpópuli que se han mantenido los primeros contactos para que las empresas informen a los sindicatos sobre los planes que tienen para desarrollar el contrato y tratar de evitar males mayores.

Sin embargo, la encomienda no es sencilla. La adjudicación del contrato supondrá un masivo desplazamiento de empleados de los centros de trabajo. Aunque el pliego de condiciones exigía el mantenimiento de los empleos, los sindicatos temen reducciones salariales y contratación de personal con sueldos más reducidos.

El nuevo contrato de recogida de basuras de la periferia cuenta con una duración de 13 meses y será adjudicado por 55 millones de euros, lo que supone una baja del 10,7% respecto al presupuesto contemplado en el pliego de condiciones. A ello hay que añadir la amortización que deberá pagar la UTE al anterior contratista, lo que eleva la baja hasta el 16%.

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