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Atlantia pedirá permiso a Moncloa para comprar Abertis si la CNMV rectifica y se lo exige

El Gobierno ha vuelto a irrumpir en la batalla empresarial por la toma de control de Abertis con el fin de que la italiana Atlantia solicite las autorizaciones administrativas que el Ejecutivo le lleva reclamando desde el inicio del proceso. En este caso, Moncloa ha involucrado incluso a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a la que ha amenazado con iniciar un procedimiento contencioso-administrativo contra ella por haber aprobado la OPA que Atlantia lanzó sobre Abertis el pasado mes de junio sin que la empresa italiana hubiera solicitado los permisos. El grupo italiano, hasta ahora reacio a pedir las autorizaciones, está dispuesto a hacerlo pero sólo en el caso de que el supervisor de los mercados se lo exija. Y para eso, el organismo que preside Sebastián Albella deberá rectificar la decisión que tomó hace apenas dos meses.

En la tarde del jueves, en pleno puente de la Constitución, el Ejecutivo hizo público el envío de sendos requerimientos, de parte de los ministerios de Energía y Fomento, a la CNMV para que "se subsane el defecto provocado por la no solicitud de autorización al Gobierno por parte de Atlantia en la Oferta Pública Voluntaria de Adquisición de Acciones de Abertis".

El Gobierno repetía, de este modo, la jugada puesta en práctica a finales de septiembre, cuando envió por primera vez al organismo supervisor los mismos requerimientos, con la diferencia de que, por entonces, el consejo de la CNMV aún no había aprobado el folleto de la OPA de la compañía italiana.

Sin embargo, aquellos requerimientos sólo provocaron un pequeño retraso a la hora de que el supervisor diera el visto bueno a la oferta de Atlantia, lo que se produjo el pasado 9 de octubre, sin que las misivas de Energía y Fomento sirvieran para que la CNMV echará para atrás el folleto ni obligara al grupo transalpino a solicitar las autorizaciones al Gobierno.

El informe de Abogacía del Estado

Incluso por entonces, el papel de la CNMV fue elogiado por un destacado miembro del Gobierno, el ministro de Economía, Luis de Guindos, que valoró positivamente la independencia del supervisor a la hora de tomar la decisión pese a conocer los requerimientos de los departamentos de Energía y Fomento.

Por entonces, el Gobierno ya había encargado a la Abogacía del Estado un informe que estudiara la obligatoriedad de que una compañía tuviera que contar con el permiso de Moncloa para tomar el control de Abertis, en tanto en cuanto se trata de una sociedad concesionaria del Estado y, además, propietaria de más del 90% del capital del operador de satélites Hispasat, con alto contenido en materias estratégicas como telecomunicaciones, seguridad y defensa.

Aunque el informe de la Abogacía del Estado señala que el criterio de los ministerios de Fomento y Energía para defender la necesidad de solicitar las autorizaciones "no es completamente seguro", el Gobierno considera que es, al menos, razonable.

La CNMV ha interpretado los requerimientos remitidos este jueves por ambos ministerios como una solicitud de revocación o anulación de la decisión de aprobar la OPA de Atlantia, bajo el riesgo de que se abra un proceso contencioso-administrativo contra el organismo, que cuenta con el plazo de un mes para dar una respuesta.

La CNMV decide 

Mientras, la compañía italiana ha manifestado en un comunicado su disposición a aportar cualquier información o documentación "para dar seguridad al Gobierno con referencia a la correcta gestión futura de las concesiones operadas por Abertis". No obstante, la intención de Atlantia es aguardar la decisión de la CNMV. Si el supervisor se mantiene en su postura de no considerar necesaria la autorización al Gobierno, la compañía italiana no moverá ficha.

El Ejecutivo se ha mostrado reacio desde el primer momento a que Abertis acabe en manos italianas. En el mercado se ha interpretado que Moncloa deposita todas sus esperanzas para que esto no ocurra en la oferta competidora por la concesionaria que preside Salvador Alemany: la anunciada a mediados de octubre por ACS, a través de su filial alemana Hochtief que, por cierto, sí ha solicitado las autorizaciones que Fomento y Energía reclaman a Atlantia.

En el plano económico, la OPA de ACS mejora la propuesta de los italianos (al menos, en lo referido a la parte de contraprestación en metálico, pues ambas contemplan además un canje de acciones). Sin embargo, todo apunta a que Atlantia tiene un amplio margen financiero para optimizar su oferta y derrotar a ACS. Siempre y cuando el Gobierno no lo impida.

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