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El Popular pujará por Catalunya Caixa junto a Credit Mutuel

Ángel Ron, presidente del Banco Popular, junto a Alain Fradin, vicepresidente de Crédit Mutuel-CIC

La nómina de entidades que acudirán a la subasta de Catalunya Caixa sigue en aumento. Junto al Santander, principal favorito, BBVA, Sabadell, Kutxabank y la posible aparición de Bankia, el Popular será otro de los bancos que recibirá el cuaderno de venta que será elaborado por el grupo Citi. En la operación que planteará el grupo presidido por Ángel Ron se prevé la entrada de su socio Credit Mutuel, con quien comparte en España el negocio de Targobank.

 

Precisamente, sería Targobank quien recibiera parte del negocio de Catalunya Caixa, y no solo un parte de la red de oficinas, como ha venido sucediendo hasta ahora con la compra de sucursales de diferentes cajas. Así, los 76.380 millones de activos de la entidad catalana se repartirían entre el Popular, que se quedaría con buena parte de los activos, y el banco que comparte con Credit Mutuel. 

 

El retraso a la hora de definir el banco de inversión que liderada el proceso de venta de la entidad catalana no va a suponer, sin embargo, una demora en la adjudicación final de la entidad. De hecho, el calendario previsto por el Banco de España tenía previsto conocer al nuevo dueño de Catalunya Caixa en la primera quincena de julio. Sin embargo, los plazos se adelantarán hasta el 30 de junio, según aseguran fuentes del sector. Las entidades esperan recibir cuanto antes la información elaborada por Citi para hacer sus primeros cálculos. "Quien no haya tenido algún contacto previo con los dirigentes de Catalunya Caixa parte con cierta desventaja puesto que los datos que proporcionan los cuadernos de venta en la fase de ofertas no vinculantes tampoco sirven de mucho", explican desde un par de entidades que acudirán a la puja.

 

Como adelantó Vozpópuli, el Santander, que realizará una oferta ganadora para su filial Banesto, cuenta ya con equipos de trabajo que estudian la operación. Los contactos entre José García Cantera, consejero delegado de Banesto, y los directivos de Catalunya Caixa fueron frecuentes las semanas anteriores a que la entidad catalán solicitase al Banco de España que se iniciara su venta.Al igual que el Santander, el BBVA también mantuvo diversos encuentros con los dirigentes de la entidad actualmente nacionalizada. Tras la compra de Unnim, la adjudicación de Catalunya Caixa supondría para el grupo presidido por Francis González superar el 30% de cuota de mercado en Catalunya, una de las comunidades estratégicas por su alta contribución al PIB (alrededor del 10%).

 

Pendiente de los minoritarios del Valencia

 

La aparición del Popular en la subasta de Catalunya Caixa coincidirá con su presencia en el proceso de venta del Banco de Valencia, donde el sector le considera favorito, junto a BMN, para su adjudicación. Sin embargo, este supuesto apetito del banco presidido por Ángel Ron parece haberse enfriado en las últimas semanas a la espera de la solución final que decida el Banco de España para los accionistas minoritarios. 

 

Hace una semana, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), organismo dependiente del supervisor y actual administrador de la entidad, anunció que reducirá el valor nominal de cada acción de la entidad, nacionalizada el pasado mes de noviembre, de 0,25 a 0,20 euros. De esta forma, ese grupo de inversores podrá conservar cerca del 9% del banco una vez sea adjudicado.

 

Temores entre los minoritarios

Los accionistas minoritarios, entre los que figura parte de la burguesía valenciana, habían amenazado con emprender acciones legales contra el FROB y el futuro comprador de Banco de Valencia si el Estado decidía hacer una «operación acordeón». Esto es, reducir su valoración a cero para luego, tras su subasta, ampliar su capital. Esta maniobra se hizo ya con la venta de la CAM a Sabadell y ha dejado en el aire la inversión de unos 54.000 cuotapartícipes de la vieja caja alicantina.

Sin embargo, en diversas entidades que acudirán a la puja del Valencia temen que finalmente se tome una decisión diferente a lo largo del proceso y los títulos de los minoritarios queden sin valor. "Eso supondría un riesgo reputación al muy importante porque ningún comprador quiere tener manifestaciones y protestas de clientes delante de su entidad. Si esa situación no queda bien resuelta por el Banco de España antes de la fase final de la subasta, algunas entidades podrían enfriar sus ofertas por el Valencia", aseguran desde un banco de inversión.

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