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Francisco Gonzàlez se embolsó 5,16 millones en 2013 mientras su CEO Ángel Cano ganó 3,75

Ángel Cano (izda) y Francisco González

El presidente del BBVA, Francisco González, ganó en total 5,167 millones de euros en 2013, entre remuneración fija y variable, lo que supone un incremento del 0,96% en comparación con el salario correspondiente al año anterior. Según explica la entidad en el informe anual sobre retribuciones, disponible en su página web, el salario fijo de González fue de 1,966 millones, prácticamente el mismo que en 2012, mientras que el variable sumó 3,201 millones, una parte de los cuales los cobrará en diferido, informa Efe.

Por su parte, el consejero delegado del Grupo BBVA, Ángel Cano, percibió en total 3,751 millones de euros en 2013, que incluyen un sueldo fijo de 1,748 millones, el 1,76 % más que el año anterior, y otros 2 millones en retribución variable, de los que una parte percibirá también en diferido. En cuanto al resto del Consejo de Administración de la entidad, los doce consejeros no ejecutivos obtuvieron una remuneración total de 3,8 millones en 2013, "similar" a la de 2012.

De los 5,167 millones de euros que ganó en total en 2013 Francisco González, el salario en metálico (tanto fijo como variable) se situó en 3,5 millones de euros, en tanto que otros 1,6 millones de euros corresponden al variable que se entregará en acciones y que el presidente terminará de cobrar en 2017. Para el consejero delegado, Ángel Cano, la remuneración será de 2,7 millones de euros en metálico (fijo y variable) y otros 0,99 millones en acciones.

La retribución variable anual, tanto en efectivo como en acciones, la percibirán de forma diferida, según lo estipulado en el Sistema de Liquidación y Pago aplicable a los consejeros ejecutivos, acordado en la última junta general de accionistas. El citado sistema establecía que "al menos el 50 % del total de la retribución variable anual se abonará en acciones", así como que el pago del 50 % del salario variable anual se diferirá en el tiempo "durante períodos de tres años siguientes a su liquidación".

Además, los consejeros ejecutivos no podrán disponer de las acciones que les hayan correspondido durante un año desde el momento de su entrega. Por último, el pago de la retribución variable diferida queda, sujeto a "cláusulas malus" o supuestos que pueden limitar o impedir su cobro, como que la entidad incurra en pérdidas.

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