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Más prisas para el AVE a La Meca: el Gobierno saudí exige trabajar 24 horas al día para acabar la obra a tiempo

Obras del AVE a La Meca

La tensión en torno a la construcción de la línea de alta velocidad La Meca-Medina se ha reducido en las últimas semanas, pero la situación sigue siendo complicada para Al-Shoula, el consorcio español que lleva a cabo el desarrollo de la infraestructura. Su exigente cliente, el Gobierno saudí, ha vuelto a meter prisas para que los trabajos concluyan a tiempo, hasta el punto de que está dispuesto a exigir jornadas de 24 horas, organizadas en turnos, para evitar que nuevos retrasos pongan en peligro el cronograma de la obra.

En estos días se están llevando a cabo los primeros ensayos con trenes circulando sobre tramos de la línea que ya está concluidos. Sin embargo, la última exigencia del ministro de Transportes saudí, Abdullah Al-Muqbel, es llevar a cabo una puesta en escena del tramo norte de la línea, entre Rabigh y Medina, antes de que acabe el presente año, aunque la entrega de la obra no está prevista hasta finales de 2016.

La Organización Saudí del Ferrocarril (SRO, por sus siglas en inglés) pretende que el ensayo se realice como si la línea ya estuviera en servicio, es decir, con todos los trabajos terminados, no sólo en las vías, sino también en las estaciones (que incluyen pequeñas mezquitas para albergar a los peregrinos que empleen la línea) y los pasos intermedios.

Al-Muqbel señaló a la prensa local que el Gobierno saudí ha solicitado en numerosas ocasiones al consorcio Al-Shoula, liderado por Renfe, Adif y Talgo, entre otras, que incremente la productividad y el ritmo de trabajo para compensar los retrasos acumulados en el pasado. En este sentido, el Ejecutivo saudí exigirá que se trabaje durante las 24 horas del día, estableciendo diversos turnos, para que no vuelva a ponerse en peligro la fecha de entrega del proyecto.

Tensiones y distensiones

Desde que Al-Muqbel se hizo cargo del Ministerio de Transportes, la tensión con el consorcio español ha ido en aumento, hasta el punto de que el grupo de empresas ha sido amenazado formalmente en dos ocasiones con la revocación del contrato de persistir los retrasos en los trabajos.

La llegada, a finales del pasado año, de un nuevo consejero delegado al consorcio Al-Shoula, en la persona de Santiago Díaz, contribuyó a rebajar esta tensión, toda vez que el ejecutivo español mantiene una buena relación con Al-Muqbel, desde los tiempos en que el ministro saudí era alcalde de la capital del país, Riad, y Díaz trabajaba para FCC en el contrato para la construcción de varias líneas del metro de la ciudad.

Una reciente visita de la ministra de Fomento, Ana Pastor, a Riad, en la que mantuvo un encuentro con Al-Muqbel, también escenificó una mejora del clima entre el Gobierno saudí y el contratista. En este encuentro se articuló la creación de un organismo, compuesto por representantes de los diferentes ministerios involucrados en el proyecto del AVE La Meca-Medina, encargado de articular las relaciones con el contratista y tratar, en la medida de los posible, acelerar la construcción.

Un cliente peculiar

Sin embargo, a pesar de que la tensión parece disminuir, las peticiones del Gobierno saudí van en aumento. En una de sus últimas visitas a las obras, Al-Muqbel volvió a mostrar su enfado por el retraso en la construcción de los talleres mecánicos de Medina, e incluso ordenó la expulsión de empresas subcontratadas (algunas de ellas españolas) que estaban llevando a cabo los trabajos.

“El cliente es peculiar y esta circunstancia dificulta aún más el trabajo”, apunta una fuente próxima al consorcio. “Establecer turnos para trabajar durante las 24 horas no resultará sencillo y, además, encarecerá la obra”.

De hecho, uno de los problemas que se ha encontrado el Gobierno saudí es que el presupuesto para la construcción de la línea se le ha ido de las manos, lo que ha provocado algunas disensiones con los ministerios del área económica.

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