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Sigue la desbandada en ACS: el fondo Southeastern vende un 2% e inicia su retirada

A Florentino Pérez se le acumulan los motivos para buscar nuevos socios en ACS

ACS sigue asistiendo a la salida de su capital de algunos de sus principales accionistas de referencia. Los pasos dados desde hace algunos meses por los financieros Alberto Alcocer y Alberto Cortina y por Banca March han encontrado su continuación en el fondo Southeastern, que ha colocado un 2% del capital del grupo constructor y de servicios en el mercado para iniciar su retirada de la compañía tras más de seis años como socio estable.

Paradójicamente, la buena marcha de ACS en Bolsa está teniendo en efecto negativo en lo que se refiere a la estabilidad de su accionariado. Los socios están aprovechando el avance en el precio de las acciones para salir con las menores minusvalías posibles, como ha sido el caso de Southeastern, o con notables plusvalías, como las que se anotó Banca March el pasado 2013, cuando se deshizo de un 2% de ACS en dos operaciones diferentes.

Southeastern está presente como socio de referencia en ACS desde 2008 y reforzó su posición en el grupo cuando éste inició su asalto a la alemana Hochtief, que también figura de forma destacada en la cartera del fondo estadounidense, que también está invertido en Ferrovial.

La compañía atravesó su año más complicado en 2012, en el que afrontó duros procesos de refinanciación y su cotización registró sus registros mínimos de los últimos diez años.

Por entonces, ACS inició su salida de Iberdrola, una operación ruinosa que generó un agujero en las cuentas de la compañía cercano a los 2.000 millones de euros y que dejó a sus socios sin el tradicional dividendo a cuenta de los resultados.

Punto de inflexión

A partir de ese momento, varios socios comenzaron a preparar su salida, en algunos casos de forma parcial, de la compañía. Los primeros en hacerlo fueron los Albertos, en parte por su propia voluntad, y por otra parte obligados por la ejecución de garantías a cargo de la banca, especialmente de entidades nacionalizadas.

Mientras, Banca March decidió ser algo más paciente, aunque durante aquel año cuestionó de forma notable la figura de Florentino Pérez como presidente de la compañía e incluso se opuso a que se entregara un dividendo complementario en 2013, una medida que finalmente se tomó gracias al impulso otorgado por Pérez y otros accionistas tocados financieramente por su elevado apalancamiento.

Entre ellos figura el grupo turístico Iberostar, cuyo presidente y principal accionista, Miguel Fluxá, ya manifestó a finales del pasado 2013 su intención de salir de la compañía, aunque aseguró que esperaría a un momento más adecuado. Es decir, cuando el precio de la acción se aproxime a los aproximadamente 46 euros a los que tomó la participación del 5% que aún mantiene.

En busca de nuevos socios

Eso es precisamente lo que ha sucedido con Southeastern. El fondo estadounidense entró cuando el precio de los títulos de ACS oscilaba entre los 27 y los 30 euros. En cuanto la compañía se ha situado en estos precios, los gestores no han dudado en iniciar la retirada del capital de la compañía, que completarán próximamente, aunque al reducir su presencia en el grupo por debajo del 3% ya no tendrán que dar cuenta de ello a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

El fondo forma parte del conjunto de acciones que está en posición de salida en la compañía, que suma aproximadamente el 25% del capital. Una circunstancia que ha venido propiciada por el buen comportamiento de las acciones, que ha hecho que el precio se vaya aproximando a las cotas de entrada de los diferentes socios.

Desde que tocara mínimos a mediados de 2012, las acciones de ACS se han revalorizado un 143%. En los últimos doce meses, la subida acumulada es del 50% y en las pocas sesiones bursátiles que se han celebrado en 2014, la compañía ya acumula un avance muy cercano al 10%.

Estos movimientos han motivado que Florentino Pérez haya realizado diversas giras internacionales en busca de nuevos socios para la compañía, ante el temor de perder el control de la compañía si se confirma la salida de accionistas que, además, llegaron de su mano al capital de ACS y, por lo tanto, le confiaban su apoyo.

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