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La deuda de las grandes constructoras multiplica casi por tres su capitalización bursátil

Hace cinco años, la bolsa vivía una época florida en la que destacaban, por encima de la mayoría de las cotizadas, las empresas constructoras. En aquella primavera de 2007, algunas de ellas alcanzaban sus máximos históricos, otras se consolidaban en zona de máximos tras haberlos alcanzado algunas semanas antes y las menos aún tendrían que esperar un poco para lograrlo finalmente. Las seis grandes empresas constructoras sumaban una capitalización cercana a los 74.000 millones de euros.

Pasado el tiempo el panorama es desolador. Esas mismas compañías se han dejado la friolera de un 77% en el parqué, lo que se traduce en más de 56.700 millones de euros (algo más del 5,5% del PIB español). Para muestra, la suma de las capitalizaciones de las empresas del sector en la actualidad roza los 16.700 millones de euros, algo menos del valor bursátil de ACS en aquel histórico 2007 (alcanzó un máximo de 16.720 millones de euros). Y sólo 200 millones de euros por encima de la capitalización que llegó a registrar Sacyr Vallehermoso a finales de 2006. Es decir, ahora todas valen lo que una de ellas en aquel tiempo.

En aquellos ejercicios, la deuda de las constructoras se disparó pero la comparativa con el valor de las compañías en el mercado presentaba mucha más resistencia que la actual. Al cierre de 2007, el endeudamiento de las seis grandes constructoras se elevaba ligeramente por encima de 92.000 millones de euros, un 52% más que al cierre de 2011. Pero, por entonces, esta cifra sólo representaba 1,25 veces el valor en bolsa de las cotizadas. Ahora, los casi 44.000 millones de euros que suma la deuda de estas compañías suponen casi el triple de su capitalización conjunta.

A primera vista, el mercado no ha sido capaz de valorar el esfuerzo realizado por las empresas del sector para reducir sus cifras de deuda. Pero la realidad es diferente cuando se examinan los valores relativos. En conjunto, la ratio entre deuda y Ebitda (resultado bruto de explotación) de las grandes constructoras se situaba al cierre de 2007 en 7,8 veces mientras que a diciembre de 2011 se redujo hasta ubicarse en 6,1 veces. Es decir, las constructoras han reducido su endeudamiento pero no tanto como haría pensar ese recorte del 52% en las cifras absolutas de deuda porque su Ebitda también ha adelgazado de forma considerable en este lustro maldito (casi un 40%).

Las empresas del sector han reducido un 52% su deuda pero también un 40% su Ebitda 

Además, en algunos casos esta ratio deuda/Ebitda no sólo no se ha reducido sino que ha aumentado. Es el caso de ACS, cuya deuda a cierre de 2011 era 5,1 veces mayor que su resultado bruto de explotación, mientras que cinco años antes (con un 27% más de volumen de endeudamiento) la relación era de 4,7 veces. En otros, se ha mantenido en cifras notablemente elevadas, como ha sido el caso de Sacyr Vallehermoso, en el entorno de 13 veces.

Los analistas destacan que los grupos constructores han tenido que realizar numerosas desinversiones para tratar de reducir su deuda y, por lo tanto, han reducido su tamaño, lo que ha tenido su correspondiente ajuste en bolsa. Pero los inversores sí han sido capaces de discriminar.

Sin ir más lejos, Ferrovial ha sido una de las compañías del sector menos castigada en bolsa y, sin duda, la que ha logrado realizar un mayor ajuste en sus cifras de deuda. Mientras que en 2007, con la adquisición del gigante británico de los aeropuertos BAA aun reciente, su deuda era casi 10 veces mayor que su Ebitda, en diciembre de 2011 dicha ratio se había reducido a 6,7 veces. También ha sido destacable el esfuerzo de OHL (desde 5,7 veces a 4,4), que ha pasado de ser la última de las constructoras por capitalización bursátil hace cinco años al cuarto puesto, dejando atrás a FCC y a Sacyr Vallehermoso, sin duda la más castigada por los inversores.

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