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Economía

Lo que los empresarios echan de menos en los PGE

Montoro y Pastor presentan los Presupuestos.

Los Presupuestos de 2017 afrontan la semana que viene una semana clave para ver si salen adelante. Tendrán que superar las enmiendas a la totalidad que han presentado las distintas formaciones políticas en el Congreso. Y es que a muchos grupos no les gustan las cuentas. ¿Y qué bopinan los empresarios? Lo cierto es que valoran algunas partidas sueldas del Presupuesto pero, en general, echan de menos muchas reformas que para ellos son fundamentales en estos momentos.

Por ejemplo, están contentos con el aumento del peso de las partidas de gasto asociadas a educación, apoyo a las familias, justicia, I+D+i y fomento del empleo, pero entienden que esta mayor dotación debe ir acompañada de una mejora de la eficiencia y una mayor rendición de cuentas, lo que en algunos ámbitos requiere la puesta en marcha de reformas, especialmente en educación, justicia y políticas activas de empleo.

Les preocupa la menor dotación para infraestructuras, turismo y pymes

En cambio, les preocupa la menor dotación presupuestaria de partidas como infraestructuras y comercio, turismo y pyme, principalmente en el caso del apoyo a la internacionalización y a la industrialización de las empresas. Así consta en un documento elaborado por el Círculo de Empresarios, que agrupa al grueso de las empresas del Ibex, con firmas como el Grupo Santander, Abertis o Ferrovial.

Eso si hablamos de las partidas propias de las cuentas de 2017. Pero lo que realmente preocupa a los empresarios es la ausencia de grandes reformas. Por ejemplo, defienden una gran reforma tributaria integral que se adapte al mundo que viene, aumente su efectividad y sitúe los ingresos públicos en torno al 40% del PIB en 2020.

Reforma tributaria

¿Qué debe abarcar esta reforma? Pues básicamente todos los impuestos. Por ejemplo, en Sociedades reclaman un tipo único y más reducido, que podría estar en el 20% y un esquema de beneficios fiscales equiparable al de los países más competitivos de la UE, como Suecia, Reino Unido y Países Bajos.

Además, reclaman una reclasificación de los productos en los tres tipos de IVA, cambios en las cotizaciones sociales para reducir la carga sobre el empleador y un ampliación de las bases imponibles del IRPF y una equipararación de los tipos marginales a la media de la OCDE o de la eurozona.

Infraestructuras

Los empresarios también echan de menos un pacto de estado estable y con visión a largo plazo en materia de infraestructuras, sin excluir la colaboración público-privada y que siga la experiencia de Reino Unido y Francia. A su parecer, es imprescindible renovar las infraestructuras del agua, mejorar el tratamiento y la reutilización de residuos y promover medidas de rehabilitación de edificios.

También abogan por impulsar las interconexiones intermodales y rediseñar la gestión de las infraestructuras, sobre todo en el transporte de mercancías ferrocarril-puertos. Ígualmente quieren que se avance en proyectos de interconexiones eléctricas y de gas y fomentar la inversión en movilidad y rehabilitación urbana adaptándolas a las nuevas tecnologías como Japón, Reino Unido y Francia.

Reforma laboral

Y, como cabía esperar, también reclaman una nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral. A su parecer, aún queda pendiente la modernización del sistema de contratación para reducirlo a tres grandes contratos (uno a tiempo parcial, uno indefinido y uno de formación), la equiparación de las indemnizaciones de temporales e indefinidos y la reducción de costes.

Igualmente, piden un sistema mixto de negociación colectiva adaptada a la empresa (salarios y jornada) y a los convenios sectoriales (SMI, formación y fondos para pensiones o maternidad) y rediseñar las políticas activas de empleo, especialmente en un contexto de transformación digital y del mercado laboral, como en Dinamarca.

Estructura empresarial

Los empresarios creen que la sostenibilidad del Estado de Bienestar y las futuras ganancias de productividad deben ir asociadas a la creación de nuevas empresas y también al crecimiento de las que ya existen. Por eso, piden que se aumente el umbral de facturación en los pagos fraccionados de Sociedades y en la liquidación del IVA y la integración a la unidad de grandes contribuyentes de empresas de 6 a 20 millones de euros.

Además, quieren que la creación de un comité de empresa por decisión de los trabajadores tenga como cifra de referencia los 100 o más empleados. Asimismo, piden que se establezca una nueva auditoría abreviada para las empresas con activos de entre 2,85 y 4 millones de euros, con una cifra de negocio de entre 5,7 y 8 millones de euros o las que tengan menos de 50 trabajadores. 

Pensiones

Y, como no podía ser de otra manera, también esperan avances y muchos en materia de pensiones. Apuestan por la creación de cuentas nocionales, como en Suecia. Además, consideran que hay que elevar progresivamente el número de años que se tienen en cuenta para calcular la pensión hasta llevarlo a toda la vida laboral,  desincentivar la jubilación anticipada y fomentar la ampliación voluntaria de la vida laboral.

Además, creen que que hay que ligar la revalorización de las pensiones a la productividad, transformar el actual sistema de reparto en uno mixto y poner en marcha medidas de apoyo a la natalidad y la incorporación de la mujer al mercado laboral, como la equiparación de los permisos parentales o más ayudas fiscales.

Administraciones Públicas

Para mejorar las administraciones públicas, los empresarios apuestan por reordenar las potestades tributarias del Estado, comunidades y ayuntamientos. Por ejemplo, creen que la competencia de la fiscalidad empresarial debería exclusiva del Estado. Además, se inclinan por mejorar la eficiencia empleando los recursos con más transparencia, control y calidad. 

Igualmente, piden que se reduzca el número de ayuntamientos y se eliminen diputaciones, que se evalúen las políticas económicas de las administraciones y los partidos mejorando la transparencia y la rendición de cuentas y que se modifique el estatuto del empleado público para introducir más movilidad, flexibilidad e incentivos en los contratos que ya existen y para crear un nuevo marco legal para los nuevos más parecido al sector privado en contratación, despidos y salarios. 

Sanidad

En este campo, apuestan por una rendición de cuentas centralizada, por mejorar la disponibilidad de la información estadística y por crear un oorganismo centralizado e independiente de evaluación de tecnologías sanitarias que dé servicio al Estado y las comunidades autónomas. 

También piden que se dote de más autonomía a los gestores de los centros sanitarios, que se flexibilice la condición estatuaria del personal, que se potencie la integración entre áreas asistenciales, que se introduzca más competencia, que se dote al usuario de más capacidad de elección y que se fomente la colaboración público-privada

Educación 

En este sentido, reclaman que se promueva el espíritu emprendedor en todos los niveles educativos, fomentar la educación sobre las finanzas personales y la previsión hacia el futuro, rediseñar sistemas de becas y ayudas para condicionarlos a resultados académicos y dignificar la labor de los profesores y fijarles una remuneración variable que premie su dedicación.

Además, piden que se fomente la orientación profesional a los jóvenes de forma coordinada entre todos los actores implicados en su formación (centros, profesores, empresas y familias) y que se integre como asignatura en el contenido educativo obligatorio, como en Alemania, Austria y Suiza. 

Economía sumergida

Finalmente, los empresarios resaltan la necesidad de mejorar la lucha contra la economía sumergida. Para conseguirlo, abogan por incrementar los recursos de la Agencia Tributaria para las inspecciones en la búsqueda de bolsas de fraude y adoptar medidas que generalicen el pago por medios electrónicos como en los países nórdicos.

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