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Economía

UE, FMI y BCE se juegan 400.000 millones de euros con la posible salida de Grecia del euro

Las preguntas acerca de Grecia se multiplican esta semana en Bruselas: ¿Para qué haber prometido 380.000 millones de euros a un país en quiebra? ¿Por qué seguir ayudando una economía que se ha reducido del 20% en cuatro años? ¿Por qué un plan de rescate para una población que rechaza en mayoría la austeridad?

El BCE, más expuesto

Según informa Bloomberg, Grecia debe 400.000 millones de euros a sus acreedores públicos o privados. La quiebra financiera del país supondría grandísimas dificultades para su acreedor más expuesto, el BCE. La institución ha ayudado a Grecia de dos formas: comprando los bonos griegos en el mercado secundario por cerca de 55.000 millones de euros, y prestando adelantos en efectivo a los bancos griegos. Las pérdidas para el Banco Central Europeo serían considerables, pero también para los bancos centrales europeos. Grecia les debe 104.000 millones de euros, ante todo al Bundesbank, ya que es de lejos el mayor contribuyente a las operaciones del BCE. Mario Draghi, su director, estaría obligado a aumentar el capital de la institución.

Atenas no devolvería lo que debe y, en esta hipótesis, Francia y Alemania serían los dos grandes perdedores, siendo las dos grandes economías de la zona euro y los contribuyentes más importantes del rescate a Grecia. El ministro de Economía francés François Baroin estimaba ayer en 50.000 millones de euros las pérdidas de Francia en una quiebra de Grecia, sin tomar en cuenta los bonos detenidos por los bancos franceses Société Générale y Crédit Agricole (estimados en 20.000 millones según el FT). En cuanto a Alemania, la revista Wirtschaft Woche ha calculado que el país perdería 76.000 millones de euros.

Rebaja de rating en toda la zona euro

Asimismo, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, al que contribuyen todos los países de la zona euro -y España en un 12%-, tiene unos 80.000 millones de euros invertidos en Grecia. El Fondo Monetario Internacional, que ha intervenido con 20.000 millones de euros en nombre de la comunidad internacional, es un acreedor "privilegiado" que siempre ha sido pagado, incluso en la quiebra de Argentina.

Incluso con estas estimaciones, los economistas coinciden en que queda una incógnita: las consecuencias para toda la zona euro. Saben que una salida del euro de Grecia tendría pocas consecuencias para los bancos europeos, mucho menos expuestos desde que el BCE y el FEEF recompraron la mayoría de la deuda griega. Pero el pánico desatado por este evento tendría consecuencias inmediatas para la deuda soberana de los países periféricos de la UE, en primer lugar Portugal, que ya se beneficia de la financiación de la UE y del FMI. Para España también, ya que podría pedir una ayuda internacional. La agencia Fitch Ratings ha destacado cómo una Grecia sin euro fragilizaría las empresas privadas de Italia, España, Portugal e Irlanda: provocaría la rebaja de sus calificaciones en dos o tres escalas, así como la de todos los países de la zona euro. El mismo triple A de Alemania desaparecería con la creación de un nuevo dracma.   

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