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Economía

Bruselas ya da por hecho que se relajará el objetivo de déficit para España

Rajoy recibe a Van Rompuy en la Moncloa el pasado 17 de enero

Bruselas tendrá en cuenta el contexto recesivo de la economía y dará un respiro a España. El entorno de la Comisión da por hecho que en la próxima cumbre informal sobre el crecimiento del 23 de mayo se aprobará una flexibilización de las metas de déficit público para nuestro país.

En esa cena de jefes de Estado y Gobierno convocada por Van Rompuy, se espera que Merkel ceda y atienda a las presiones sociales que están encarando los líderes de la periferia al llevar a cabo severos planes de ajuste. En el caso de España, se valorarán muy positivamente los esfuerzos realizados con la reforma laboral y la financiera. Sin embargo, a cambio es posible que también se exija a Rajoy más recortes que aseguren el buen rumbo de la consolidación fiscal.

Como es costumbre, los presupuestos españoles para 2012 se han realizado sobre los planes iniciados en 2011 y no los liquidados, esto es, lo que de verdad se gastó e ingresó. Y los de 2011 se terminaron desviando mucho, sobre todo por las comunidades autónomas. Ahora, en medio de una recesión y pese a las alzas fiscales, la Comisión Europea afirma que las cuentas del Reino de España son optimistas respecto a las autonomías y la Seguridad Social y que el déficit se disparará hasta el 6,4 por ciento durante 2012, por encima del 5,3 pactado con Bruselas en un punto, el equivalente a unos 10.000 millones. No obstante, esa previsión no incluye los 10.000 millones en ajustes a la educación y la sanidad anunciados de improviso por Guindos en cuanto se empezó a barajar el desvío.

La cuestión ahora es con qué celo aplicarán las comunidades esos recortes, algo que se examinará en el Consejo de Política Fiscal y Financiera del próximo jueves 17 con las comunidades. De ahí que el comisario económico Olli Rehn exigiese el viernes a las autonomías que clarificasen sus medidas.

Por otro lado, la recesión podría hacer que se recauden menos impuestos de los previstos. Por ejemplo, el IVA ya ha caído un 9 por ciento en el primer trimestre.

Rajoy llegará a esa reunión del 23 de mayo con la reforma laboral, la financiera y los resultados del consejo de política fiscal, en el que no sería extraño que se interviniese alguna comunidad autónoma para demostrar que éstas se controlarán pase lo que pase. Con estas credenciales, espera jugar sus bazas y aliarse con los países que firmaron la carta por el crecimiento para, ahora también con Hollande de su lado, extraer concesiones de Merkel.

Además, la canciller alemana todavía debe conseguir que el parlamento alemán respalde el pacto fiscal que acordó en Europa. Para ello precisa el voto favorable de dos tercios de la cámara, y eso implica que debe recabar el apoyo de los socialistas, quienes se han mostrado más partidarios de las políticas en pro del crecimiento. Merkel tendrá que ofrecerles medidas orientadas a la reactivación y el estímulo de la economía, y eso podría plasmarse el próximo 23 de mayo en algunas iniciativas como el uso del Banco Europeo de Inversiones para financiar proyectos.

Sin embargo, el BEI no podrá movilizar en la actualidad grandes cantidades para toda Europa, de modo que Merkel tendrá que brindar algo más, y eso puede concretarse en la relajación de los ritmos de reducción del déficit público.

La cumbre del 23 de mayo es informal y por tanto no existe la obligación de emitir un texto conjunto. Y el próximo Consejo Europeo tendrá lugar en junio. No obstante, sus conclusiones muy probablemente salgan a la luz antes, cuando a finales de mayo la Comisión comunique a los países sus recomendaciones sobre las cuentas públicas. Entonces muy posiblemente se pida para España el retraso del cumplimiento con la austeridad… y más recortes. Habrá zanahoria… y palo.      

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