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Economía

El Tesoro español deja fuera de juego a los especuladores

El ministro de Economía, Luis de Guindos.

Conocen el casino y han echado sus dados a rodar. Ayer, el Tesoro público colocaba en el mercado 3.178 millones de euros en letras a 12 y 18 meses. Pero no antes de que el ministro de Economía, Luis de Guindos, se fuera de roadshow por Europa para convencer a los inversores extranjeros y al Banco Central Europeo (BCE) de la solvencia de la economía española. ¿Resultado final? Coger por sorpresa a los especuladores, lo que, en última instancia, se tradujo en una prima de riesgo española que aflojó hasta situarse en los 414 puntos básicos -lo que supone una fuerte bajada desde los 435 puntos del día anterior-. 

Lo dicen desde dentro de los propios mercados: el ministro de Guindos y el secretario de Estado del Tesoro, Íñigo Fernández Ruiz, sacaron a relucir sus currículums y su amplia experiencia en esta materia y el tiro les salió bien. ¿Cómo? El lunes, el Gobierno se había guardado un as en la manga y anunciaba que colocaría entre 2.000 y 3.000 millones de euros en letras. Mientras, los mercados esperaban alrededor de 5.500 millones. Y ahí partir de ahí, la partida de póquer entre mercados y Ejecutivo, cayó del lado de la economía española.

¿La principal baza? “El Tesoro tiene actualmente en la actualidad el 47% de la emisión bruta a medio y largo plazo para todo el año (85.900 millones de euros)”, confirman fuentes de Economía. Así, y sin necesidad de liquidez inmediata –no hay grandes vencimientos a la vista–, el Gobierno lanzó dos mensajes a los famosos mercados: no se emitirá deuda a cualquier precio y se pone coto a los especuladores que juegan en corto. Asimismo, en un contexto de máxima incertidumbre sobre la economía española, la demanda de letras del Tesoro español fue muy superior a la oferta: 10.152 millones de euros. Esto es tres de veces superior a los 3.178 millones que finalmente colocó el Gobierno. 

Posiciones en corto 

Emitir deuda sí, pero no a cualquier precio. Este fue el mensaje lanzado por el Gobierno. Previamente, Luis de Guindos, se lanzaba a la carrera para hablar frente a frente con los famosos mercados. El tiempo era el adecuado: ayer el Tesoro colocaba letras a 12 y 18 meses y mañana hará lo propio con otra subasta de obligaciones. Ambos mensajes lanzados al unísono lograron poner coto a los especuladores en corto. 

Pero, ¿qué son las posiciones en corto? Aquellos operaciones en las que se apuesta por que los activos -en este caso la deuda española- bajen de precio. Esto es, especulación pura y dura. La cuestión parece complicada, pero no lo es tanto y funciona de la siguiente manera: los mercados creen que la deuda española bajará, así que pedirán prestada esa deuda. Estos mismos especuladores la venderán e ingresarán el dinero por dicha venta. Si finalmente, el precio de dicho activo baja, estos inversores comprarán de nuevo esta deuda, pero a un precio más bajo. Posteriormente, devolverán esa deuda, pero por el camino se quedarán con el diferencial en el precio. 

Letras más caras 

“El Tesoro no se ve forzado a captar más dinero”, confirman desde Economía. Y los mercados han captado inmediatamente el mensaje. Aunque no todo son parabienes. Lo cierto es que la rentabilidad de las letras ayer subió hasta el 2,73% en el caso de las letras a 12 meses -frente al 1,5% de la subasta anterior- y hasta el 3,2% en el de las letras a 18 meses -en comparación con el 1,8% de la última subasta-. 

Y, a pesar de la tregua de ayer y de la jugada del Gobierno, la prima de riesgo española tiene un camino tortuoso por delante. Entre los inversores reina aún la desconfianza por las perspectivas de crecimiento de la economía española y del cumplimiento de déficit, que la sitúan aún por encima de los 400 puntos básicos. 

“Una reducción sostenida en el tiempo solo vendrá al compás de las reformas estructurales y del cumplimiento de los objetivos de déficit”, siguen otras fuentes del sector. El consenso de los expertos sigue esperando que caiga el maná del cielo en forma de compras del BCE. 

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